Invitados Maratón de las Flores Medellín

Crónicas de Invitados: ¡Estar Vivo Es Maravilloso!

September 20, 2015

Hoy les comparto la crónica de Peter Gallego, corredor antioqueño quien se le midió por primera vez a los 21k. Peter comenzó a leer mis entradas recién comencé mis entrenamientos, siempre me llamó la atención que se enganchó fácilmente y me dejaba comentarios súper chéveres que me animaban a seguir contando mis subidas y bajadas con el entrenamiento. Es grato saber que todo eso le sirvió, saber que lo motivó a seguir entrenando y que ahora está pensando en unos 42k. No olviden dejar sus comentarios y sus opiniones 😉

Por: Peter Gallego

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9:20 AM del 13 de septiembre de 2015, hace 10 minutos terminé mi primera media maratón y me siento el rey del mundo. No estoy estirando (grave error) solo estoy sentado en una acera cercana a la meta que crucé. Estoy pensando en todo lo que corrí y me parece increíble que dos horas antes (¡dos horas!) estaba quizá en el primer o segundo kilómetro de veintiuno. Se me hace una eternidad, como si hubiera sido un día, una semana hasta un mes antes. Nunca había corrido tanto tiempo, nunca había hecho una carrera tan larga.

Mi historia corriendo no es muy diferente a la de muchas otras personas. Hace tres años corría dos cuadras y quedaba de clínica. Tenía 35 años y me parecía triste que fuera así aunque hacía poco para que fuera distinto. Veía gente corriendo y me parecía tonto dejar de dormir un domingo por levantarse, vestirse, atarse los cordones de unos tenis y salir a cansarse. Aún así hace dos años decidí participar en unos 5K que programó la Alcaldía de Medellín para promocionar su candidatura a unos juegos y dentro del marco del día Olímpico. Comencé la carrera con un solo objetivo: No importa cuánto me doliera iba a empezar y llegar corriendo, no iba a caminar. Fue una locura porque nunca entrené para eso y para mi sorpresa logré hacerlo. Me sentí de maravilla y decidí seguir corriendo.

Busqué en internet y rápidamente me di cuenta que en la ciudad hacían carreras con relativa frecuencia. Que el running era algo así como una tendencia en alza hacía muchos años y que en un par de meses iba a tener lugar la Maratón de las Flores con distancias de 5K, 10K, 21K y 42K. Sin pensarlo mucho decidí entrenar para esos 5K, bajar el tiempo de los primeros que hice y de ahí en adelante seguir corriendo ese evento cada año aumentando la distancia. Entonces en 2013 hice los 5K, en 2014 corrí los 10K y este año tocaba correr la media maratón.

6:55 AM y a cinco minutos de arrancar no podía aguantar la ansiedad. Sólo quería correr y empezar a disfrutar la carrera. Mentalmente hice la carrera infinidad de veces, me había preparado bien, sólo un par de semanas antes había corrido 18 kilómetros y tenía la certeza de que no iba a fallar. Sólo esperaba la orden de salida. Nada podía fallar.

Antes de salir

Antes de salir

Listo, arrancamos. Desde el principio sé que será una carrera larga… el sol será inclemente. Apenas son las siete de la mañana y el calor ya se empieza a sentir como si fuera más tarde. He dividido en segmentos la carrera y sé que los primeros 3.5 kilómetros serán subiendo. Mi estrategia de carrera indica que debo abordar esos primeros kilómetros con calma, sin ninguna prisa lo cual a veces es complicado porque la euforia y el mar de gente te lleva sin que te des apenas cuenta. Cosa que de hecho ocurre pues al final de ese primer sector la aplicación del celular me dice que voy corriendo a la misma velocidad en la que hago una carrera de 10K. Es un problema que tengo y que he detectado: aunque sé que tengo que regularme más y disminuir un poco el ritmo no soy capaz de hacerlo voluntariamente. Igual pienso que la loma no me afectó en lo más mínimo y de hecho sigo mejorando mis promedios pues a partir de ahí hay unos kilómetros bajando que todavía hago más rápido.

Entonces no me preocupo y sigo disfrutando la carrera, si algo he aprendido es que esos primeros kilómetros son ideales para eso. Pienso en que me gustaba estar vivo, que aprecio mucho estar sano y no tener ninguna enfermedad que amo estar aqui corriendo y que me encanata ver a miles de personas conmigo cada uno haciendo y venciendo dificultades y retos que yo ni me imagno.

Todos esos primeros kilómetros me los gocé, el ambiente era inmejorable, la gente en las calles animaba y alrededor del kilómetro seis justo al pasar por la Cuarta Brigada los soldados amablemente nos hicieron una especia de calle de honor con música y todo. Será algo que siempre recordaré por una casualidad que me encantó y que me tuvo con una sonrisota todo ese trayecto. Resulta que unos días antes armé una playlist en Spotify con dos horas y cuarto de música que iba a escuchar toda la carrera. Y justo cuando los soldados nos estaban saludando con su banderitas y yo estaba chocando las manos de muchos de esos jóvenes empezó a sonar en mis audífonos “Fortunate Son” de los Creedence Clear Revival… ¡no podía creerlo! Para darles un breve contexto, la Wikipedia dice que esta canción “narra los pensamientos de un hombre que está siendo reclutado para la guerra de Vietnam y que no es hijo de un senador, millonario o militar, y por tanto, no es un “hijo afortunado” (significado de Fortunate Son en inglés)”. No podía ser más casual y yo con mi sonrisota dibujada en la cara supe que esta carrera iba a ser inolvidable.

Un par de kilómetros más tarde empecé a sentir un dolor en la rodilla. Ese mismo dolor lo sentí como tres días antes cuando hice mi último entrenamiento. Junto con mi esposa (ella corrió los 10K) hicimos unos siete kilómetros y alcancé a asustarme un poquito. Ahora nuevamente siento ese dolor y una sombra aparece en mi cabeza. Desecho rápidamente pensamientos negativos de mi mente, pero ese dolor seguiría ahí hasta el final de la carrera.

Mi luna de miel con la carrera se acabó a eso del kilómetro 11 o 12. Para mi sorpresa (y debo decir satisfacción) hice los primeros 10K en un buen tiempo. No quería que fuera así pero así fue. Rápidamente hice cuentas en mi cabeza y los 21K a ese ritmo los hacía quizá en menos de dos horas, además estaba iba muy bien y apenas me había despeinado. No podía creerlo pues siempre tuve la cifra de 2:10 por lo que a pesar del dolor en la rodilla me entusiasme bastante. Lo que no me imaginaba era que a partir de ahí la carrera iba a ser a otro precio y rápidamente la loma de esos kilómetros iban a cobrarme caro mi pequeña prepotencia.

Unos tres meses antes de la carrera alcancé a decirle a un par de personas de confianza que no creía posible cumplir la meta de la media maratón este año. Había estado entrenando con juicio desde enero pero llegó un momento en que me sentía estancado y había entrenamientos realmente duros en los que a pesar de mi esfuerzo no lograba más de diez u once kilómetros. Mis horarios son muy apretados y para correr sentía que tenía que hacer muchos sacrificios. Aún así decidí hacer ese último esfuerzo y no cancelar en mi mente la participación en la carrera. Además de correr más kilómetros y entrenar con más juicio me puse a leer páginas y blogs de running pues he descubierto que eso me anima bastante y fue así que empecé rápidamente a ver —ahora sí— progresos y en unas semanas pude correr 15K y 18K lo que me ratificó mi decisión de inscribirme para la media maratón.

Los kilómetros 12 hasta 16 puedo decir que realmente los sufrí. La luna de miel había terminado, el sol estaba muy muy fuerte y tuve que hidratarme mucho a partir de ahí para evitar problemas. Además era el segmento menos agradable de la carrera en plena Avenida Oriental, puro centro de Medellín, y carros pasando muy cerca de nosotros. Había entrenado unos quince días antes esa ruta y sabía que al final había otra loma —que afortunadamente era la última— por lo que pensé que si coronaba este sector me sentiría mucho más tranquilo de ahí hasta el final. Entonces era fácil: sólo tenía que continuar corriendo pasara lo que pasara.

Llegando al final de esta loma alrededor del kilómetro 16 una muy buena amiga me sorprendió gratamente. Sabía de mi carrera, de lo importante que era para mí hacerla y sin avisarme que iba a pasar a salir a verme se le ocurrió salir a la calle y esperarme para darme ánimo. Fue una suerte para mí que me viera entre miles de personas de pantaloneta y camiseta verde y debo decir que ni que lo hubiera sabido pues ese kilómetro era crucial pues yo sabía que pasándolo, mentalmente consideraba la meta mucho más cerca. Sólo puede decirle acá: ¡Muchas Gracias!

Unos metros más tarde nuestros amigos maratonistas se separaban de los que corríamos veintiuno. Ellos seguirían la ruta y nosotros nos desviaríamos a la derecha. Les grite de todo corazón ¡ánimo!, ¡adelante!, ¡héroes! Y algunos de ellos respondieron dando gracias y saludando. Quiero creer que esas palabras animaron a algunos de los que pasaron la meta unas horas más tarde.

Ya esa altura de la carrera era muy claro que en cuestión de tiempos ahora sí estaba en mis promedios. Fueron mis kilómetros más lentos pero me daba confianza el sentirme físicamente en buen estado y con el conocimiento de que los kilómetros más complicados habían pasado. Correr y mantenerme hidratado era la consigna. Acá me pasó algo que nunca había sentido: me cansé de la música, sentía mi mente fatigada y no quería oír nada más que el sonido de mis pasos (y los de los demás) sobre el asfalto.

Ya sobre la Avenida Los Industriales, es decir los últimos tres kilómetros, enfrentaría el mayor reto de toda la carrera. He hecho este sector muchas veces entrenado y en carreras 10K y mentalmente se me hacen agotadores y sabía que iban ser muy duros. Recuerdo sentir que mi mente me ordenaba detenerme y caminar sólo un poco. Nunca lo hago y no iba a hacerlo en mi primera media maratón de modo que continúe corriendo sin parar. Por esos lados volví a gritar fuerte animándome y tratando de animar a los otros corredores a mi lado que quizá como yo estuvieran en su momento más crítico. Parece que servía porque otros a mi lado seguían el ejemplo y animaban ellos también.

9:05 AM… miro mi tiempo y me doy cuenta que al ritmo que llevo no podré terminar en el tiempo que quiero. Obvio, la meta principal es terminarla, pero al ver el reloj siento que puedo sacar un último esfuerzo y terminar en 2:10 por lo que decido hacerlo y correr con todas mis fuerza. Así que eso hago. La adrenalina, la felicidad de estar a algunos metros, el deseo de terminar ya se juntan y acelero. Miré el reloj a partir de ahí cada treinta segundos.

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Veo el Parque Pies Descalzos, faltan muy pocos metros, pero hay que entrar y cruzar algunas esquinas. Sigo mirando el cronómetro. Marca 2:08, pienso que en dos minutos no podré cruzar la meta, aceleró más. No es mi deseo adelantar personas pero adelanto en este sprint a muchos. No me quedan fuerzas pero casi al frente está la meta. 2:09:40 Lo voy a lograr. Lo tengo que lograr. Será la cereza del pastel. Hubo un momento que pensé que iba a terminar en 2:13 y así estaría muy bien. Pero terminar en 2:10 sería un muy buen tiempo para mí en mi primera media maratón. Además me gustan los números redondos, no quiero acabar en 2:11 ó 2:12. Acelero aún más. Pienso que quiero quedar en la foto sin la gorra amarilla fosforescente y sin gafas y me las quito. Estoy en la recta final, busco los fotógrafos, miro el reloj otra vez, voy a lograrlo.

Cruzo la meta, detengo el reloj. 2:10:29… hubiera sido mejor sin ese 29, nada es perfecto… pero lo logré. Me siento el rey del mundo.

9:20 AM. Me paro de la acera, quiero buscar a mi hermano y mi cuñada que estaban acompañándome y corrieron también los 5K. Estoy caminando descalzo y aprovecho para mirar a los que están llegando de la maratón y los que siguen llegando de la media maratón. Vuelvo a gritar felicitándolos. Lo lograron también, todos somos campeones. Me encuentro con mi hermano y su esposa y nos abrazamos, me felicitan y me preguntan qué tal. Solo atino a decirles que fue muy duro. Hago tiempo para llamar a mi esposa que ya debe estar terminando sus 10K, la veo llegar y me da mucha felicidad, horas antes me había asegurado que lo iba a lograr y tenía que decirle que fui capaz. Nos abrazamos y besamos. ¡Estar vivo es maravilloso!

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Antes de arrancar en la meta otro corredor que conocí ese día y que ha hecho más de una decena de medias maratones me dijo que cuando acababa decía que ese era el último pero que luego se inscribía para otro y otro. Ese día pensé lo mismo… que era una carrera tan dura que iba a ser mi último medio maratón.

Por supuesto que era mentira. Al momento de escribir estas líneas no veo la hora de volver a entrenar para el próximo.

La meta final será correr 42K… pero esa, esa será otra historia



Esto lo anexo a petición de Peter. De antemano, gracias a ti. Le diste sentido a muchas de mis entradas.

****

Quizá la blogger y la runner que más me inspiró y animó estas últimas semanas antes de mí media maratón fue Nati. Estuve pendiente de cada post y cada tuit que ponía y fui uno de los muchos lectores que sin conocerla estuvo pendiente de cómo le iba a ir en su primera maratón. Creo que todos opinan lo mismo que yo: Es una dura y nos inspiró a muchos. La busqué durante muchos kilómetros pero no la encontré… en otra ocasión será 😉

Gracias Nati por todo y gracias por prestarme tu blog para contar mi experiencia.

***


 

Punto pa’l que reconozca al Firerunner de la derecha jijiji

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16 Comments

Reply Yadid September 20, 2015 at 6:14 pm

Peter me gusto mucho la historia, que súper que tengas una familia que comparta el gusto por el running, que te retes cada vez, es típico de nosotros los runners. Se de que hablas cuando te refieres al calor, para mi la carrera fue un paseo hasta el ultimo puente, pero el calor me paso factura. Seguiré entrenando porque como dices salimos de una y nos inscribimos en otra!

    Reply Peter Gallego September 21, 2015 at 6:09 am

    Es cierto Yadid, los últimos entrenamientos los hice con margarita mi esposa y de verdad que fueron especiales, distintos a los que hice sólo. Mucho más animadores. La quiero tentar con unos 21K… ojalá el próximo lo hagamos juntos.

    …¡Uff! y ni hablar del calor de ese día. Ayer domingo hizo un clima espectacular para correr… ojalá hubiera sido así ese día 😉

Reply Andres Berrio September 20, 2015 at 7:13 pm

La verdad es que si es una carrera muy dura, requiere de mucha técnica y concentración. Hay que saberla manejar… incluso con una buena preparación, una buena hidratacion desde dias antes de la carrera, buena alimentación y todo, hay veces que simplemente la ruta o alguna circunstancia lo hace a uno pensar que no va siquiera a terminar la carrera, por lo menos a mi me paso en el kilómetro 16.8 con un dolor en la espalda que me hizo dudar mucho si iba a terminarla pero con el ultimo aliento pude hacerlo. Muy buena historia!!
ps: y el de fire que sale ahi atras es carlitos q jajaja

    Reply navegue September 21, 2015 at 5:42 am

    Andrés, creo que Carlitos fue el que me ayudó con mis nodrizas al principio de la carrera.
    No sabía que habías tenido ese momento de prueba en la carrera y faltando casi 5k pa terminar. Qué chévere que pudiste sacudirte del dolor y seguir.
    Abrazos!

      Reply Andres Berrio September 21, 2015 at 8:09 pm

      Si Nati,tuve un fuerte dolor lumbar en el kilómetro 16.8 que me llevaba mal, incluso me saco lagrimas de impotencia al pensar que no iba a poder terminar, de en adelante entre caminar y trotar suave varias veces llegue a la meta. Me sirvió mucho que varios compañeros de Barranquilla cuando me pasaban me daban ánimos y eso me dio para terminar.
      Peter… si es indispensable llevar una buena preparación para una 21k y sobre todo si la ruta de la carrera tiene una altimetría como la de Medellin y por su puesto que si, deberían realizarse carreras de un poco mas de 10k que sirve para ir testeando la capacidad de fondo en carrera. Saludos!

    Reply Peter Gallego September 21, 2015 at 6:14 am

    Andrés… es lo que más me gustó de correr esta media maratón. Antes de esta y durante los dos años pasados, corrí infinidad de carreras 10K. Siguen siendo buenas y es una muy buena distancia. Pero eso que dices de técnica. concentración y los detalles que dices que hay que cuidar para correr unos 21K la hacen un verdadero reto que vale la pena ponerse. De hecho, y lo comente en este blog hace unas semanas, siempre consideré que sólo podría llamarme “corredor” o “runner” si se prefiere, el día que terminara mis primera media maratón. De ahí mi felicidad.

    Ojalá acá en Medellín se animen a hacer carreras más largas, unos 12K, quizás 15K (en Bogotá hacen varias al años) para que el paso de 10K a 21K no sea tan complicado y más personas se animen a ir haciéndolo.

    Y qué bueno que pudiste terminar a pesar de ese dolor. No quiero ni imaginármelo… ¡Más de cuatro kilómetros así!

    Saludos

Reply JHON FREDY GALVEZ GALVEZ September 20, 2015 at 11:04 pm

Son muchas las sensaciones compartidas con Peter, después de muchos años de sedentarismo y cuando nadie creía que podia practicar un deporte y menos participar en una media maraton lo he hecho y ya llevo tres y pienso en las cantidades de kilometros que he hecho y me parece imposible que yo hubiera podido hacer todo ello, por eso comprendo los sentimientos de Peter al momento de terminar; es lo mismo que hemos sentido muchos corredores.

    Reply Peter Gallego September 21, 2015 at 6:17 am

    Creo Jhon Fredy que fue lo que más me animó a empezar a correr: Hacer cosas que creíamos imposibles. Eso le da mucho sentido y le dio mucho sentido al sacrificio y las madrugadas.

    Gracias por leer y saludos!

Reply Jessica Carcamo September 21, 2015 at 11:37 am

No hay mejor sensación que llegar a la meta!! Por eso siempre queremos mas!! Felicitaciones!!

Reply mydailyrunner September 21, 2015 at 3:00 pm

Qué grande!Somos muchos los que empezamos a correr de la nada y poco a poco nos vamos superando y consiguiendo nuevos objetivos 🙂

    Reply Peter Gallego September 22, 2015 at 6:28 am

    Muchas gracias… aunque eres muy generoso con eso de grande. Me falta, ¡y mucho! 😉

      Reply Peter Gallego September 22, 2015 at 6:33 am

      (No conocía tu blog, Débora… y me encantó!… Sigue escribiendo… no sabes cuánto ayuda leer a personas que saben tanto del tema. De una para mi lector de feeds!)

Reply Claudinha pinzon September 21, 2015 at 6:27 pm

Te felicito peter que buena historia, tambien fue mi primera media maraton si que la disfrute, y ya quiero otra, te felicito enormemente sos un teso por ti y por contagiar a tu familiia. Nada como sentir que uno esta vivo eso es lo hermoso del running..

Reply Peter Gallego September 22, 2015 at 6:30 am

Gracias por leer y comentar Claudinha, me alegra también que terminaste esa media maratón…

Un abrazo!

Reply jorge mario sierra August 10, 2016 at 7:28 pm

Que buen relato Peter. Grande tu dedicación y esfuerzo. Este año vas a mejorar mucho. Y cuando decidas correr los 42k, me avisas para verte llegar y felicitarte. Saludos.

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