Hoy les comparto una de esas historias que la mayoría de hombres puede entender. El espíritu competitivo del género másculino en las carreras de fondo es súper energizante. Si hay gente que corre sin mente y sin temores, esos son los hombres.  Verlos compararse y exigirse es muy motivante para mí. En mi caso particular, yo no busco ser tan rápida como ellos, pero sí busco creer en mis capacidades físicas de la misma forma en que ellos lo hacen, no es un asunto de velocidad, es de autoconfianza y autodesafío.  Creo que tengo mucho que aprender de los corredores hombres.

“Este %&$#%& no me va a pasar”

Por: Sergio Andrés Preciado Pua
@spreciado92 en IG y TW

Primero que todo quiero ofrecer mis sinceras disculpas al honorable señor pacer de 1:50 de la Media Maratón de Las Flores por haberle dicho esas palabras tan de frente. Más adelante les explico qué pasó, por ahora me presento: soy un cartagenero radicado en Bogotá, miembro hace 2 meses del club 21Korredores, sin embargo, ya llevo alrededor de un año corriendo (casi toda mi vida he hecho ejercicio).

Como a todos nos pasa, sucede que un día te animas a ir a una carrera y de repente ya en tu cabeza algo cambia cuando cruzas la meta. La verdad me decidí a ir a la maratón de las flores a correr los 21k faltando dos semanas para la carrera, algunos amigos del grupo me animaron y me deje convencer (debo confesar que tampoco me hice el difícil jaja), luego vino buscar donde quedarme y el transporte y bueno, el sábado después de un largo viaje me encontraba listo para correr. Era la primera vez que iba a correr esa distancia, por lo tanto tenía algo de nervios pero toda la actitud del mundo para asumir un nuevo reto personal. En la feria, al ir a recoger el kit tuve la oportunidad de encontrarme con Nati junto con las niñas de Achieve Your Fitness y con varios integrantes de mi equipo, sin duda siempre es agradable conocer nuevas personas y darte cuenta que quienes corren en general transmiten una energía muy agradable, es muy común ver a la gente sonriendo, felices por saber que al otro día van a correrse medio maratón y lo van a disfrutar. También es cierto que a uno que otro se le ve con cara de puño o excesiva concentración porque sus objetivos varían un poquito. Bueno ese día realmente me sentía un poco cansado del viaje así que a dormir temprano para tener las pilas bien cargadas para lo que se venía el domingo.

Bueno, el día de la carrera llegué a tiempo para encontrarme con todos los del grupo y hacer la usual ceremonia de las fotos, además de ultimar detalles sobre la estrategia para correr. Yo decidí irme con mis compañeros de entrenamiento (dentro del equipo hay varios grupos de acuerdo al nivel de cada uno), proyectamos ir a un ritmo promedio de 5’00/km, regulando en bajadas y subidas.

Recién al empezar, no habían transcurrido ni 500mts cuando ya nos alineamos para hacer la carrera, yo iba con Marcela, Daniel y Manuel, los primeros kilometros, como todos los que corrieron saben, eran en subida y la tomamos con todo el respeto del mundo para tener fuerzas hasta el final. A pesar del recorrido tan quebrado fue una carrera bastante agradable, pues casi siempre nos mantuvimos juntos y nos turnabamos para llevar al grupo y controlar el ritmo de carrera. Para la hidratación tomabamos nada más una bolsa con agua y la compartiamos entre los 4.

Y ahora sí viene la explicación de lo sucedido con el honorable señor pacer. Transcurría aproximadamente el kilometro 17, Daniel se había rezagado un poco debido a que se lastimó una rodilla esquivando un hueco y Marce bajó un poco el ritmo porque en particular ella entrena para 10k (ni le intento seguir el ritmo en esa distancia porque paso pena) y solo me acompañaba Manuel, en ese momento ni el calor (acostumbrado al calor de Cartagena) ni el corazón (lo bueno de entrenar en Bogotá) me generaban molestias, sino el cansancio en las piernas y plantas de los pies. De repente al voltear a mirar a mis compañeros observo que el pacer de 1:50 viene a nada de mí, en mi cabeza pienso: no es posible, si yo voy por 1:45 este man no me puede pasar.

En ese instante, de pronto por la falta de sangre que me llegaba a la cabeza, se me salió un gamín interior y una expresión que no pienso repetir, pero que era algo así como “este %&$#%& no me va a pasar” En un tono de voz bastante alto y sin duda,  el señor me escuchó. porque se le olvidó su labor de pacer y ahí sí intentó pasarme.  Yo, ni corto ni perezoso, me puse “In the Zone” y pasé de ir a 5’00 para ir a 4’40 y tratar de dejarlo botado. Efectivamente, ¡lo logré!

Tal vez alguien le dijo que estaba andando muy duro y estaba por fuera de su tiempo o quien sabe, el caso es que poco me acuerdo de esos últimos kilometros aparte de que hasta a Manuel dejé botado por unos metros y me dispuse a rematar con el corazón porque las piernas ya no querían hacer mucho caso, naturalmente verán la cara que tenía en la foto del remate (Claro que según fotos aún no publicadas por Nati, parece que es mi cara en carrera jajajaja) y puedo decir que ¡lo di todo!.

El objetivo no se pudo cumplir por algunos segundos (1:45:45) pero sin duda es un resultado con el que me siento bastante conforme para ser los primeros 21 kilómetros de mi vida. Luego de llegar y descansar un poco, de recibir a mis compañeros y disfrutar de la medalla, les conté la historia ahí sí con lujo de detalles. La cara que hicieron fue mundial y más de uno se aguantó la risa, me preguntaron que por qué me indigné tanto con el señor, yo la verdad no sé pero lo único que hoy puedo decir es: “¡lo siento honorable señor pacer!” (es la manera en la que ahora me refiero a él cada vez que cuento la historia, que a más de uno en el grupo le ha hecho parar el entrenamiento, sería el colmo seguir refiriéndome así de mal) Sin duda creo que son cosas propias de la carrera y en vez de pensarlo simplemente lo dije y bastante duro.

Después de la carrera me tocó quitarme los zapatos y no me los pude volver a poner sino hasta como una hora después porque no podía con mi alma, después de recibir un par de masajes y estiramientos asistidos reviví y me devoré cualquier cosa que me ofrecieron. Sin alargarme mucho más puedo decir que la experiencia fue grandiosa y puede que el otro año siga los pasos de Nati (a quien pude conocer afortunadamente, además pude compartir un par de entrenamientos con ella) y me anime a correr la maratón, después de todo el primero que alguna vez la corrió se murió despues de correrla, así que terminarla vivo independientemente del tiempo ya es ganancia, ¿o no?. Me sentí bastante felíz y como siempre, conocer nuevas personas y recorrer nuevos terrenos es el día a día de los que decidimos ponernos los tennis y salir a correr el mundo.

Pd: Quiero hacer un agradecimiento y mención especial a Carito Barrera, que despues de ver la última foto me dejó este comentario: “Tu siempre con esa sonrisa que te caracteriza! Fabuloso, irradias energía y motivación” Y precisamente esa es la idea, contagiar de esa alegría que me da correr a todo el mundo, por eso indiferentemente del cansacio o del dolor yo siempre trato de sonreir (al menos cuando no me cogen de sorpresa), porque ser corredor me define, porque una sonrisa puede cambiar el mundo y sobretodo porque cada vez que salgo a correr el mundo se vuelve diferente, no existen angustias ni preocupaciones, lo único que existe es levantar los pies y correr hasta cruzar la meta y en ese mundo no hay meta más bonita que superarte a ti mismo.

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Recuerden dejar sus comentarios. Por ejemplo, cuéntennos qué les despierta a ustedes su espíritu competitivo.
Yo ando buscando el mío que se me extravió en los long slow runs del entrenamiento para la Maratón. Esta entrada me ha ayudado un poco a encontrarlo.