Hoy quiero repasar estos cuatro meses de entrenamiento. Desde la primera semana de diciembre a la fecha y contarles todas esas cosas que me han pasado.

Empecemos por los datos.

El entrenamiento fue de 17 semanas. Corrí 4 veces a la semana e hice 40 a 60 minutos de crosstraining (natación, patinaje o ciclismo) 2 veces. Caminando sumé 16 a 20 kms semanales que uno cree inofensivos, pero que sí afectan positivamente el entrenamiento.  Me tomé al menos 1 día de descanso total, muy frecuentemente fueron 2. Un total de 692 kms con un promedio semanal de 40. La semana con menos kilómetros fue de 30 y la de más fue de 56. El rodaje largo más largo fue de 32 kms y fue 3 semanas antes del maratón. 3 semanas de taper (reducción de kilómetraje para optimizar la adaptación) y en esas ando.

Cosas que pasan mientras entrenas para un maratón.

El camino al maratón es tan largo como la maratón misma y es como si ese camino llevara a cambios que uno necesita. El entrenamiento trae una especie de transformación interna y externa en el corredor.

Empecé el plan viviendo en el apartamento y en el barrio donde Jota y yo habíamos vivido desde que nos casamos hace 5 años.  Terminé el plan viviendo en un barrio nuevo, lejos de todo lo conocido y cómodo. Aún no siento este nuevo lugar como mi hogar (y no creo que lo llegue a sentir así, pero eso es otra historia) y eso le pone una carga emocional a mis días que no estaba planeada dentro del entrenamiento. El nuevo lugar está más cerca del trabajo, sí; pero ni siquiera eso compensa la ausencia de soledad.

Al cambiarnos de barrio, el parque de tierrita donde siempre corría ya no es una opción para entrenar. Ahora el cemento y el concreto son los terrenos que prevalecen. Y ni hablemos del tema de seguridad que de ese ya les he contado (nos robaron el primer día). No me puedo quejar mucho porque ahora tenemos la montaña muy cerca (a 5 kms), pero hacer entrenamientos suaves o de recuperación en la montaña es otra cosa. Por más que uno trate, la frecuencia cardíaca aumenta en las cuestas transforman un entreno suave, en uno de fuerza y de zona aeróbica. ¡En fin! Tendré que encontrar el equilibrio, pero eso es un peso en mis días que desmotiva.

El cambio de barrio también afectó nuestros entrenamientos en el circo porque ahora nos queda súper lejos. Ya saben que yo y las repeticiones de abdominales no nos entendemos, entonces se pueden imaginar que los entrenamientos de fortalecimiento de core quedaron en las nubes. El espacio en el que ahora vivimos es compartido y no nos sentimos cómodos para hacer piruetas o practicar las paradas de manos o de cabeza y mucho menos los ejercicios de balance en parejas.

El lado positivo

Hay muchas cosas que he hecho bien en estos meses a pesar de la hojarasca. Por ejemplo:

• Aprendí a respetar los ritmos de entrenamiento. Entendí eso de ‘correr lento’ e interioricé ese ritmo como el ritmo que más le favorece a mi cuerpo y el que me va a llevar a ser más rápida a largo plazo.
• Aprendí a correr usando la frecuencia cardíaca para los entrenos suaves y el ritmo o pace para los entrenos de velocidad.
• Mi ritmo por milla mejoró en un 10% respecto al entrenamiento para Medellín gracias a respetar los entrenos lentos y el ritmo de los rodajes largos.
• Hice los entrenamientos de velocidad y aunque me puedo exigir más (lección para el siguiente plan de entrenamiento), fui constante con ellos y mes a mes vi las mejoras.
• Completé un año corriendo sin lesiones y esa era la meta principal de este entrenamiento. Llegar a la línea de salida sin lesiones (aunque aún no he llegado, pero seguiré con la cautela en estos 9 días que faltan).

• Aunque enero no fue un buen mes para mi core, el reto plank en febrero superó todas mis expectativas. ¡Sí se puede hacer 5:00 minutos de plank! Gracias al #teamadictasalplank porque sin ellas no hubiera sido posible.
• Tengo 3 nuevas mejores marcas personales en las tres distancias básicas. 5k en 24:58, 10k en 54:43 y 21k en 01:58:15, la primera en entrenamiento y las otras dos en la Media Maratón de Surf City.

Este plan de entrenamiento de 17 semanas me demostró una vez más que ‘la constancia vence lo que la dicha no alcanza’. Frase muy aplicable a los corredores de fondo. El cortoplacismo lleva a los corredores aficionados a querer obtener resultados de forma rápida y sin mucho esfuerzo. O más bien con la idea de si sudo mucho y si termino cansado el entreno entonces voy a ser más rápido y el día de la carrera va a ser un paseo. Vaya error. Los grandes cañones se hacen con el hilo delgado de un río y no con una tormenta.

En general, me siento muy satisfecha con este plan y con mi temple y carácter para ejecutarlo a pesar de las madrugadas heladas y lluviosas de diciembre, enero y febrero.  A pesar de las adversidades, las iras y tristezas.  Tal vez el estrés de todo lo que hemos vivido sea lo que me empujó a salir de la casa para hacer que el tiempo pasara rápido. ¡Quién sabe! Esos mecanismos de evasión son tan inconscientes que se desdibujan entre la constancia y la disciplina.😆💁

Sea lo que sea. Todo pasa por una razón y aunque aún veo todo oscuro y sólo percibo ruido, sé que todo estará bien.

Gracias a todos por leer y acompañarme en estos meses. No se imaginan lo importante y valioso que es eso para mí.

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