Cuando lancé el blog en el 2014 lo hice para compartir con mi mamá esta nueva locura de correr en la que me había metido. Ella siempe fue mi alcahuete para todo, me llevaba sagradamente a mis entrenos de natación, años más tarde, ya mayor de edad, me subsidió mis entrenos de Artes Marciales.
Mi madre sigue siendo mi motivación principal para correr y escribir y sé que para muchos es igual, o no Edgar Merino? 😉 Hoy les comparto esta historia, que originalmente fue un comentario que una lectora del blog me dejó en una entrada. Recuerdo que era un sábado por la noche y lloré al leerla. Me parece justo compartirla porque es hermosa y especial para que los corredores celebremos este Día de la Madre.
¡En el Kilómetro 3 me Alcanzó!
Por: Bibiana Vélez Agudelo
Mi mamá, que tiene 58 años, nunca había hecho deporte en su vida, hasta que hace unos años el médico le dijo que debía hacer algún tipo de actividad física o pronto estaría dependiendo de la insulina. Ella, una mujer de origen campesino y con una energía bárbara, entregada a su trabajo y a su familia, no encontró otro espacio que empezar a caminar después del trabajo, gradualmente, hasta que pudo hacer más de 20 Km unas 4 o 5 veces por semana.
En noviembre del 2013 la invité a la carrera 5K de la mujer de MCdonals en Medellín y ella no quería, pero la convencí diciéndole que podía caminar. Nos fuimos juntas y nos acompañaron mi papá y mi sobrina. En la salida le dije que nos veíamos después y yo empecé a correr a mi ritmo. ¡En el kilómetro 3 me alcanzó! Para mí sorpresa, ella se había echado a correr, seguimos juntas sin parar y cruzamos la meta tomadas de la mano. ¡Fue hermoso!
Pues, esa carrera fue un antes y un después para mi madre. Ahora ella también quedó picada por ese bicho raro, corrimos un par de carreras juntas y nos inscribimos al reto de los 21K del 2014 en la Maratón de Las Flores de Medellín. Empezamos el entrenamiento y yo me lesioné en abril de ese año, pero ella sí lo logró.Viví la experiencia de la primera media maratón de mi mamá aún más emocionada que si fuera la mía. Con mis limitaciones de tiempo la acompañé en algunos de sus entrenamientos. Ella tiene un estado físico envidiable por su rutina de largas e intensas caminatas (gran parte en terreno inclinado), pero su fuerza mental y su disciplina son envidiables. Ya quisiera yo ser la mitad de resistente de lo que ella es. Yo estaba muy tranquila porque ella ya había corrido esa distancia antes, sin ningún inconveniente y además se encontraba muy bien de salud.
Reclamamos el kit juntas y el gran día la acompañamos mi papá y yo (ese día éramos el esposo y la hija más orgullosos del mundo y sus alrededores), la alentamos en varias partes de la carrera y en su llegada a la meta, hizo 2:21 y quedó fresca como una lechuga. Llego a la casa a hacer “oficio”, porque ella es de esas mamás que siempre tiene que estar haciendo algo. El año pasado la volvió a correr y este año espero que por fin la podamos correr juntas.
Yo me siento muy feliz de haberla podido contagiar, lo mejor de este deporte es que no discrimina, en ningún sentido: no importa si nunca lo has practicado, no importa la edad, el sexo, la raza, ni mucho menos el dinero (basta con un buen par de tenis). Incluso, y es algo de lo que más me gusta, que en el mismo escenario comparten élites y aficionados y todos se respetan, se animan, se admiran.
Mi mamá corre sola (bueno, corría con su perrito que hace poco murió), sin gadgets, sin música, sin gps, sólo ella y su mente de hierro; su paso lento, pero firme, nunca para a caminar. Lleva un paso constante de inicio a fin, ni siquiera la he visto acelerar en la llegada. Es imperturbable. (Nota de la editora: esta fue la parte que más me hizo llorar, yo quiero correr así!)
Ella piensa dejar de trabajar el próximo año y obviamente su objetivo es empezar a entrenar juiciosa y apuntarle, porqué no, a una maratón, es su gran motivación. Estoy segura que lo logrará. Está más sana que nunca, su médico la felicita y la anima a seguir, incluso dejó de tomar medicamentos, lo cual fue un logro increíble. Cambió una dependencia por otra, siendo esta nueva adicción muy sana. No se obsesiona con la velocidad, pero sí con la alimentación y conoce su cuerpo y su capacidad. Ella es mi gran motivación, cuando sea grande, quiero ser como mi mamá.
Este texto fue escrito antes de la carrera Corre Mi Tierra en donde Margarita logró por primera vez hacer una 10k en menos de una hora: “¡y eso que no me esforcé mucho!”, le dijo a Bibiana al terminar. Yo también le creo, Bibi.
No sé a ustedes, pero a mí esta historia me llena de orgullo. Me motiva a seguir escribiendo y a seguir corriendo. Necesitamos más mamás así, dispuestas a hacer ejercicio para vivir más tiempo y vivir una vida mejor con sueños y metas, justo en esas edades en que uno cree que ya la batalla está perdida. Margarita es una muestra de que aún hay mucho por vivir. ¡Gracias Margarita!
A todas las mamás les deseo un Feliz Día de la Madre.
Los invito a dejar sus comentarios para Bibiana y su mamá.
8 Comments
Me encantó, ame esta entrada, tengo que conocer y correr al lado de la mamá de Bibi, que mujer es del tipo que inspira. Me siento tan identificada, yo también luche por no depender de medicamentos por mi problema de azúcar. Disfruto tanto correr y como la mamá de Bibi soy de las lentas pero seguras. Espero conocerlas. Saludos
Gracias Yadid, esta maratón de las flores, será sin duda, la oportunidad conocernos.
Gracias por leer y esa es la idea, que sirva de inspiración.
Un feliz día para ti y para todas las mamás corredoras.
Felicitaciones a Bibi pero especialmente a Margarita por ser una mujer berraca que cumple sus sueños y siempre va hacia adelante.
EXCELENTE, me gusto mucho tu post…. felicidades por tu talento y tu constancia al escribir este blog. un abrazo.
Gracias Esteban! Te dejé un comentario en tu blog, seguimos en contacto!
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Ay no! ahora voy a correr siempre con tu mamá en mi mente. Corre más rápido que yo! jajaja.. Que ejemplo tan chévere Bibi. Un abrazo a las 2! (ya corro pensando en ti y en Nati)
jaja tan bella Anita. Un abrazote.