Hoy es el Día de la Mujer y voy a celebrar esta fecha para honrar a una mujer maravillosa que conocí a través de este blog. Una mujer que me inspira día a día; me inspira a amar, a perdonar, a luchar, a soñar. Quiero compartirles su historia, va de su corazón a mi corazón y del mío al de ustedes, sobre todo al de mis lectoras. ¡Feliz día!
Son las 7am del domingo, mi hija ya está despierta. Nuestra mañana empieza con sus medicamentos, es una menor en condición de discapacidad. Luego, nuestro café de la mañana, que no puede faltar y menos un día de entrenamiento. Mi esposo sale a correr primero… en promedio hace 12-15km cada domingo, mientras vuelve le doy el desayuno a mi hija y hago algunas labores del hogar.
Empecé a correr en el 2013 para hacerle un homenaje a la libertad. Para dejar atrás un pasado que si bien me ha hecho quien soy como persona, prefiero verlo desaparecer como el rastro que dejo al correr.
Recuerdo que cuando estudiaba en la universidad mi mamá me pidió que le firmara unas cartas en blanco y unos documentos para ser codeudora en un negocio. Lo hice con fe ciega y lo olvidé. Años después, cuando estaba terminando los requisitos para obtener mi permiso de trabajo, mi mamá me llamó por teléfono, pero algo no andaba bien. Cuando ya no pudo sostener más las mentiras, me confesó que estaba detenida. De inmediato vinieron a mi mente todos esos documentos con mi firma.
Llena de pánico averigüé por mi situación judicial. Seis procesos penales abiertos… mi vida entera se vino abajo. Recién casada y con una carrera profesional a punto de despegar, mi días y mis ingresos se iban entre juzgados y abogados. Demostrar mi inocencia era mi prioridad.
Sin embargo, lo más doloroso fue entender y aceptar que mi propia mamá; mi héroe; mi ejemplo de mujer, me había llevado a eso. Mientras yo luchaba contra todo, mi madre fue secuestrada y asesinada. Años de terapia psiquiátrica fueron, en parte, la única salida. Mucho tiempo después, correr y pedalear, han sido las mejores formas de perdonar y dejar atrás.
Hacia el 2010 aún uno de los procesos judiciales estaba abierto. Por años pensamos que era el menos preocupante y fue el más letal. Fui declarada culpable y sentenciada a 40 meses de prisión domicilaria y en septiembre de ese año, pise la cárcel. Yo, estudiante ejemplar de una de las mejores universidades del país, condenada por delitos que no fueron míos.
Salí de la cárcel con un brazalete de INPEC y con estrictos controles en mi movilidad. Las citas médicas de mi hija eran la única excepción.
Por fortuna, el que era mi jefe en ese momento entendió perfectamente la situación y me permitió trabajar desde mi casa. Eventualmente pude ir a trabajar, pero vigilada muy de cerca. Los fines de semana no podía salir y mi cuerpo llegó a un estado irreconocible y entré en depresión. Fui diagnosticada con síndrome de desacondicionamiento físico.
En medio de todo eso, mi primo y mi esposo me dieron los regalos más bellos que me han podido dar. Mi primo me dio una rutina de ejercicios para hacer en casa y mi esposo, una elíptica. El ejercicio fue mi forma de recuperar mi cuerpo y de recuperar mi vida. Empecé a moverme y a pensar en qué iba a ser de mí.
Quería hacer una especialización para continuar con mi carrera al cumplir la condena. Ya estaba por completar los 40 meses y me arriesgué a presentar el examen de admisión sin permiso. Fui aceptada, pero aún no había sido firmada mi libertad y tuve que aplazar mis estudios otro año más.
Finalmente un día de abril de 2013 llegaron a mi casa a quitarme el brazalete… ese mismo día decidí salir a correr. Decídí salir a recorrer el mundo y demostrarle a mi hija y a mí misma que eso ya es pasado. Que yo soy capaz de hacer muchas cosas. Cada vez que corro le rindo un homenaje a la libertad, esa libertad que un día perdí injustamente. Desde ese día no he parado de correr. Corro para perdonar a mi mamá. La perdono cada vez que corro. Cada vez que pedaleo. Porque mis piernas me hacen libre.
Son las 10 am del domingo, mi esposo ya volvió de correr. Ahora él se queda en casa y yo salgo a correr 18k con mi perro, él es un campeón. Estoy entrenando para mi clasificación a Boston. Dos maratones y un triatlón me esperan. Sólo puedo estar agradecida con la vida y quiero compartir esta experiencia para que ojalá cada día más mujeres se convenzan que los mayores obstáculos están en la mente, porque nosotras somos capaces de lograr lo que deseemos.
Esta es su historia. Cuando crees que todo está jodido te das cuenta que puede estar peor, pero ella siempre iba pa’lante. Siempre buscó la forma de salir de todo, de resolver, de no quedarse estática y mover su mundo. Gracias por permitirme compartirla. Gracias a ti y gracias a todas las mujeres que se empoderan de su vida a través de su cuerpo y del deporte. Algunos pensarán que es vanidad, para nosotras es el camino hacia el poder interior; es entender que mente y cuerpo son unidad. ¡Feliz día de la mujer! Empodérate hoy de tu vida.
*Todos los nombres han sido omitidos para respetar su identidad, pero la historia está fielmente contada.
8 Comments
Mujeres, no seamos tan duras con nosotras mismas, evitemos los juicios a priori. Detrás de cada mujer, detrás de cada corredora, hay una historia. Una causa y un porqué.
Gracias Nati por contar ésta historia. Ya voy a salir a correr, ese es mi regalo del día de la mujer, mi espacio para estar sóla, para pensar y para sentirme libre.
Gracias a la protagonista de la historia por inspirarnos.
Que bello …Me gustaría un día conocerte y Compartir historias
Liliana, escríbeme al correo y charlamos! Te mando un abrazote!
Tremenda Historia, gracias Nati por compartirla…es una guerrera ésta mujer, que bueno entender lo que significa SER MUJER! seamos libres y entendamos que todoo lo podemos….Sin palabras y con lagrimas en mis ojos…FELIZ DIA MUJERES.
Wow! What an amazing story! Thank you for sharing Nati. I needed this.
Dios bendiga infinitamente a esa guerrera que en silencio te reveló su historia y que hoy me estremece el alma! Te deseo un feliz día todos los días de tu vida, que te sientas libre en cuerpo y espíritu! Gracias Naty por compartirla, tus entradas siempre tienen mensajes hermosos para nuestras vidas! Mis respeto, admiración y cariño para la INCREÍBLE MUJER dueña de la historia!
Una guerrera de Dios con un corazon inmenso, y valiente; historias como estas demuestras que el correr nos hace libre, gracias Naty por este mensaje de Vida
Cuando se leen historias cómo estas, es que entendemos que no pueden existir excusas para salir a correr, para superarse, para sobreponerse a las dificultades. Excelente crónica.