¡Holaaaa! Les cuento que esta entrada la escribí el martes en el tren de camino a París. Quise escribir pronto la entrada sobre Barcelona antes de que el tiempo difumine los recuerdos.
Rápidamente les resumo lo de los vuelos. Salimos el viernes en un vuelo gigante de Norwegian Airlines con destino a Copenhague, Dinamarca. El vuelo, como les compartí en la foto en Facebook e Instagram, duraba 11 horas y yo iba preparada para escribir y leer, pero por fortuna, pude dormir casi 8 horas y no tuve necesidad de entrentenerme. En Copenhague estuvimos por 4 horas viendo el cielo gris y una lluvia constante a través de los ventanales del aeropuerto.
Luego abordamos el siguiente avión que duraba 3 horas y llegaba a Barcelona a las 10 de la noche. Nosotros cometimos el error (aunque no fue nada del otro mundo al fin de cuentas porque fue fácilmente solucionable) de no comprar euros en Los Ángeles. Llevábamos dólares en efectivo y el resto en la cuenta del banco. Nuestra intención inicial era retirar en un cajero directamente en euros y que el banco cobrara la respectiva comisión. En Copenhague nos dijeron que era mejor hacerlo en Barcelona porque en Dinamarca nos tocaba cambiar a coronas danesas y luego a euros e íbamos a perder dinero con tanto intercambio. Así las cosas, llegamos a Barcelona sin siquiera un euro para pagar el taxi al hotel. El aeropuerto estaba desocupado, tal vez por la hora, y no tomó un buen rato encontrar un cajero funcionando. Finalmente uno del Banco Santander sirvió e hicimos el retiro.
Al salir del aeropuerto buscamos un taxi y el muchacho que se encarga de ubicar a los usuarios en los taxis era colombiano. Nos asignó un carro y ahí empezó nuestra experiencia con la cultura española. El taxista arrancó a toda hacia el hotel como si lo estuvieran persiguiendo. Agarraba las curvas a toda velocidad y me hizo dudar por un momento de qué tan ciertos eran los límites de velocidad de las vías porque él los violó todos. Luego vió un accidente en la autopista y se bajó haciendo reversa por una de las entradas a ésta. Llegamos al hotel rápido y a salvo, pero muertos de la risa porque, con el perdón de los taxistas, todos son iguales aquí en Estados Unidos, en Colombia y hasta en Francia (más adelante estos detalles).
El Hostal HelloBCN está ubicado a dos cuadras del casco antiguo de Barcelona. Tenía muy buenas referencias en casi todas las páginas y esa fue la razón para escogerlo. En resumen, lo mejor era la mermelada para el pan del desayuno y el cereal integral.
El domingo nos levantamos a las 8:40 a.m., nos alistamos y bajamos a desayunar gratis. Rentamos unas bicis y nos echamos a andar. No vimos nada. Las bicis son un encarte. Qué pena con mis amigos que me recomendaron las bicicletas en Barcelona, la verdad es que no son nuestro estilo de conocer una ciudad. Pero, gracias, nos sirvió para confirmar que “nada que ver”. Hay muchos callejones donde toca caminar con ella y andar con las manos ocupadas en una pereza. Nosotros salimos a mirar la ciudad con una ruta y no andando círculos. Es decir, andar con la bici implica parquearla para poder ver y tomar fotos, caminar y luego volver por la bici para seguir andando. En fin, luego de ponderar muchas cosas y de desesperarme, al punto de preguntarle a Jota, “¿cuánto costará botar una bici de estas?”, decidimos volver a entregar la bicicleta.
Fuimos a almorzar corrientazo en un restaurante en la esquina del hotel y vea pues qué cosa tan buena. Los sabores son variados y distintos a lo acostumbrado, pero todos deliciosos. Realmente hemos disfrutado la comida. El menú era: ensalada verde, vegetales cocidos y espagueti con salsa napolitana y parmesano. Datos curiosos: ♦ El mesero estaba borracho. ♦ Un cliente llegó hablando castellano y le dijo al mesero que le leyera el menú porque él no sabía leer. ♦ Varios clientes de la tercera edad pidieron vino y agua con gas, los mezclaron y esa fue su sobre mesa.
El domingo en la tarde emprendimos la búsqueda del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, obra maestra de Antoni Gaudí para la ciudad de Barcelona. En el camino encontramos el Arco del Triunfo y como estaba cansada por eso del cambio de hora, me senté en el andén y en segundos… me quedé dormida con el mentón apoyado en la mano derecha. Jota me despertó al preguntarme algo y me salvó de caer fundida en el andén.
Fuimos a buscar un café (casos extremos), Jota pidió un capuccino y yo un frapulatte. Los llamé despega-ojos porque en cuestión de minutos quedamos con los ojos bien abiertos y listos para seguir buscando la iglesia. Es como uno de esos sitios obligados si se visita esta ciudad, así que allí llegamos. De inmediato nos dimos cuenta de lo magnífico del lugar. Estuvimos allí por más de 3 horas y les puedo decir lo que ya se ha dicho mil veces, es una obra arquitectónica (de Antoni Gaudí) incomparable e indescriptible. Les voy a compartir algunas fotos y con ellas un poco de la información que recuerdo. Pero lo que sí les digo que es un lugar impajaritable si vienen por estos lados.
¿Qué tal la tortuga? Es la base de una de las columnas principales.
La Iglesia no está terminada, faltan poco más la mitad de la obra para concluirla. Su contrucción empezó en 1882 y aún está en proceso. Gaudí murió dejando lista la fachada de la Natividad, pero no vivió para ver el resto y en medio de las muchas crisis económicas que a sufrido España y por ende Barcelona, terminar la obra no ha sido fácil, de ahí que recurran a la “comercialización turística” (entre comillas porque no sé si dicha frase exista) de la iglesia y así recaudar fondos para algún día terminarla. Yo calculo que le falta un siglo más 😉
Al salir, fuimos a comer y luego entramos en una tienda del club de fútbol Barcelona donde había varias fotografías y un poco de la historia del equipo. De ahí al hotel donde llegamos a las 10 de la noche. El despega-ojos aún estaba haciendo efecto así que nos dormimos hasta la medianoche. Al día siguiente el plan era salir a correr muy temprano, pero como ya saben que dormir bien es prioridad, en realidad salimos a las 9:15 a.m. Corrí 9 millas (14.5 km) por el litoral del Mediterráneo, pasé por el Paseo de la Barceloneta y llegué hasta la Playa Noa de Mar Bella. El clima estuvo perfecto y la vista ni qué decir. Saber que estaba corriendo junto al mítico Mar Mediterráneo era indescriptible. Era como posar mis ojos sobre un mar de mitos e historias que trazó los destinos de todo el planeta.
El almuerzo fue otro corrientazo en un restaurante cercano al hotel. A este sí le tomé fotos.
En la tarde nos fuimos a la montaña del Montjuic (Monte de los Judíos, fue inicialmente una necrópolis judía en los tiempos del medioevo), al castillo y al estadio olímpico. En el castillo pedimos un tour guiado y nos tocó con una historiadora excelente que durante hora y media nos ilustró sobre la historia del castillo, de Barcelona y Catalunya y hasta de España.
Depués de salir de ahí buscamos el estadio olímpico y caminamos por toda la zona aledaña viendo los monumentos que quedaron luego de los Olímpicos del 92. No logramos encontrar los anillos olímpicos así que quedamos con esa deuda.
Luego fuimos al hotel, descansamos un poco y salimos a buscar un restaurante para cenar. Muy buena comida, pero nada que resaltar. Bueno sí, el mesero hablaba 5 idiomas, una muestra de la universalidad del turismo de la ciudad. Volvimos al hotel y a las 10 de la noche caímos rendidos. Dormimos bien y yo madrugué a alistarme para desayunar y aprovechar la mañana para escribir, luego fuimos a buscar la Barcelona medieval para disfrutar un poco más de la arquitectura que vimos de afán con la bicicleta el primer día. Acá les dejo algunas fotos.
En términos generales les puedo decir que percibo Barcelona como una ciudad primordialmente turística, cosmopolita, con mucho sentido de la moda y buen gusto, tanto en el vestuario de los hombres y las mujeres, como en los diseños de los almacenes, restaurantes y la ciudad en sí misma. La gente hace ejercicio a toda hora (llegué a ver corredores a las 10 de la noche por las calles). Hay mucha variedad de comidas y meseros políglotas. Lo único malo…. la gente fuma mucho y la ciudad huele a cigarrillo 🙁 . Al parecer no hay regulaciones al respecto y eso la hace muy incómoda en muchas ocasiones.
Para terminar nuestra visita a Barcelona, volvimos al hotel y según nosotros teníamos tiempo de descansar un poco, así que nos sentamos a chismosear en Facebook y a mirar parte de los planes que tenemos para los otros días. En par patadas nos dieron las doce y a la una teníamos que estar en estación Sants para tomar el tren rumbo a París. Se suponía que estábamos cerca, así que no nos afanamos y fuimos a almorzar. Volvimos a ver la hora y faltaban 8 minutos para la una de la tarde, salimos disparados del restaurante, sin terminar de comer. El tren salía a la 1:23 p.m., según Google nos tomaba 18 minutos llegar a la estación y aún no teníamos impresos los tiquetes. Cuentas más cuentas menos, no alcanzábamos a tomar el tren. Cuando finalmente llegamos a la estación ni miramos la hora y comenzamos a correr como locos en busca de una máquina que nos imprimiera los tiquetes. No encontramos ninguna. Entré a tres lugares a pedir ayuda y guía. Finalmente una señora nos dijo, vayan hacia la salida 5 o 6 y yo salí disparada, Jota confió en mi la corrida mientras él se hacía cargo de las maletas. Así que cuando yo llegaba a algún lado a preguntar él me alcanzaba por segundos mientras veía que yo ya iba en sentido contrario. Estábamos desesperados. Llegué a la entrada 6 y ahí estaban tres personas que me vieron con la cara de afán y angustia y en una conversación extraña que mezclaba francés, español e inglés, me encontraron en el sistema y me dijeron: para la próxima, lleguen con más tiempo de anticipación. Supongo que era de la tripulación del tren porque bajó con nosotros, nos indicó donde subirnos y en menos de un minuto escuchamos las puertas cerrarse y el mensaje que decía: “la salida del tren es inminente”. Inminente. Inminente. Y nos fuimos.
Espero que hayan llegado hasta acá. Ya estamos de vuelta en Barcelona, pasamos un par de días en París así que esa será la siguiente entrada. Mañana comenzamos nuestra ruta bordeando el mediterráneo hacia el sur de España.
¡BESOS Y ABRAZOS!
Gracias por leer.
7 Comments
Me alegra que la pases bomba. Creo que esta vez sobró un poquito de información, pero me gustó el recorrido. Un día escribo de Barcelona y te cito para que los lectores de mi blog vean dos miradas diferentes. Yo vi la ciudad un poco diferente. Lamento lo de las bicicletas, que no les gustara mucho el plan, pero creo que debí extender mi visión, la bicicleta no era para hacer paradas, algún día espero ir con el tiempo suficiente para recorrer sin las paradas de turista. Un besote, me alegra que tus zapatos se gasten. Hay fotos una maravilla!!!
Lizz!!! Estoy atrasada con el blog. Hasta hoy me detengo a responder los comentarios. Te cuento que lo de la bici va a lo mismo de los corredores que no se detienen a observar el paisaje jijiji para qué recorrer la ciudad en bici para darte una idea de cómo es, si lo puedo hacer corriendo? Disfruté mucho más el día que salí correr que el rato en la bici. Gracias por la apreciación de las fotos, le diré a Jota, el fotógrafo oficial del blog.
Abrazos! Ya me pongo en marcha a escribir sobre París.
Que chevere Nati me alegrea q lo hayas disfrutado mucho. Espero el próximo blog . Un abrazo enorme
Hola mi Lu! te cuento que te va a encantar Barcelona, te pensé montones cuando anduve por allá. Ya me pongo a escribir sobre París para publicarlo pronto! Besos!
Así, con un puñado de palabras y fotos, me antojaste de Barcelona. No quiero imaginar qué sucederá cuando escribas sobre Paris. Cafés con la historia de los escritores del boom tomándose un tinto con el estómago rugiendo. O el parque en el que García Márquez saludó a Hemingway a gritos (“buen día maestro”).
La narración (información),está espectacular, nunca está de mas conocer los puntos de vista de cada cual. Te felicito, simplemente espectacular y las fotos ni se diga. Lo de las bicis, genial, eso hace parte del plan, tenían que hacerlo para tener otra opinión de la manera de movilizarse y ver la ciudad con otra perspectiva. . Espero con ansias tu manera de ver las cosas en Paris y esas súperfotos que sin duda alguna, algunas las tomó Jota!!!…. Un abrazo y un beso para cada uno! Disfruten, disfruten y disfruten… 🙂
Hola Maaaa!!!! Aunque anduve escribiendo durante el viaje, decidí esperar hasta estar de nuevo en casa para organizar las entradas. Ya agarré impulso para el de París! Te quiero!