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Me Uno a la Celebración de 21Korredores

July 18, 2016

Quiero celebrar los 3 años de 21Korredores contándoles el porqué este club de running ocupa un lugar tan especial en mi corazón.

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En el 2015 llegué a Bogotá 6 semanas antes de la Maratón de Las Flores. Mi objetivo era aclimatarme a la altura para enfrentarme a mi primera maratón.  A los pocos días recibí un tuit de @21korredores en el que me invitaban al Parque El Virrey a entrenar con ellos.  Me sorprendió. Los bogotanos no eran tan cordiales cuando me fui de Colombia.

Les cuento, mi casa en Bogotá queda en el suroccidente así que desplazarme hasta allá era una odisea de dos horas en Transmilenio por la Caracas en hora pico. Yo estaba desesperada en ese bus rojo y pensaba que no valía la pena semejante esfuerzo por ir a correr en el frío de la noche bogotana; con la frialdad de los bogotanos; y sabiendo que me tendría que devolver a mi casa.

Tenía cita con Carlo Polo a las 7 p.m. en el Juan Valdez y a las 7:10 me estaba apenas bajando del bus. Atravesé el Virrey a toda y a un costado vi un grupo de corredores preparándose para entrenar. Me acerqué porque supuse que ya Carlo estaba ahí y le pregunté a alguien por él. Me contestó como lo hacen mis Pasadena Pacers: ¡ya viene, pero sigue, ponte cómoda, bienvenida! :-O

Me sentí en casa; con mi grupo de running en Pasadena en una noche cualquiera en el Rose Bowl. Caminé hasta el Juan Valdez y Carlo me saludó con un abrazo cálido que me hizo olvidar el frío capitalino y dudar de la apatía cachaca. Me cambié y cuando llegué al grupo fui recibida como si me conocieran desde hace tiempo. En un par de minutos ya me había mezclado con todos.

Yo me sentía desubicada, mi reloj marcaba distancias en millas y justo esa noche hacían intervalos. Creo que todos podían descifrar mi cara de acertijo mientras yo veía sólo sombras. Sin embargo, lo más valioso fue que no me sentí escrutinada, no examinaron la marca de mis tenis o me preguntaron cuál era mi “pace”. Nadie me preguntó por mi trabajo o la universidad donde estudié. Nadie evaluó mi perfil socio-demográfico para ver si era digna o no de pertenecer al grupo. Estaba como en casa. Sólo importaba que yo era corredora como ellos. Era como estar con mis Pacers.

En Patios!

En Patios!

Ese día me invitaron a acompañarlos al mítico “Patios”. Al sábado siguiente llegué muy a tiempo y a las 7 arrancamos para La Calera. Arranqué a tono y poco a poco la altura fue haciendo fiestas conmigo. Me faltaba aire y un dolor extraño en los huesos del esternón me estaba matando. Supongo que mis pulmones estaban ensanchándose al extremo para obtener oxígeno y mis músculos estaban tensionados.

En esas sentí a Carlos Vargas, Charly, a mi lado y me preguntó cómo iba. Le conté y me dijo que abriera un más los brazos para que pudiera respirar mejor; para darle espacio a la caja toráxica de expandirse. El dolor desapareció al rato de abrir los brazos. Charly se quedó junto a mi y me acompañó hasta que coroné el Alto. Lento, pero seguro. Al llegar arriba todos se alegraron de mi logro. A nadie le importó si era la primera o la última del grupo.

La semana siguiente no dudé un segundo el volver a entrenar con ellos así me demorara dos horas cruzando Bogotá. No me importaba nada, quería ir a correr con ellos, charlar, aprender, sentirme parte del equipo como si perteneciera de verdad.

Luego en Medellín fueron ellos quienes me recibieron en la meta luego de haberme demorado más de 5 horas en correr la maratón. Ahí estaban con sus camisetas naranja y sus abrazos llenos de amor y empatía. Abrazos que me decían en silencio: “entiendo cómo te sientes, felicitaciones”. Sin preguntarme, ¡¿por qué te demoraste tanto?!

No Caption Needed!

No Caption Needed!

Ante mis ojos, esa la esencia de este grupo, camaradería, amistad, igualdad, respeto y empatía. Todos fueron genuinos y sinceros. De esos grupos que construyen patria a escalas pequeñas y que transmiten los valores que necesitamos como sociedad en un país en reconciliación.

Casi un año después con mi camiseta en Seattle, Washington. No hay viaje al que no la lleve.

Casi un año después con mi camiseta en Seattle, Washington. No hay viaje al que no la lleve.

Ha pasado casi un año desde que corrí con ellos. Siento que soy la oveja extraviada de los 21korredores y luzco muy orgullosa la camiseta que me regalaron esa primera noche. El sentimiento de amor y gratitud hacia ellos permanece y ha superado los embates de la memoria que sólo guarda aquellas cosas que realmente nos llegan al corazón.

Gracias 21Korredores, gracias y mil gracias por lo que hicieron por mí y por lo que hacen por Bogotá y el país.

Los invito a todos a acompañarlos este fin de semana en la carrera de celebración que harán y que además apoya la Fundación Operación Sonrisa. Me encantaría estar allí el domingo. Espero que todo les salga maravilloso.

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¡Feliz Aniversario! Ya quiero que lleguen a los 20 años y ver todo lo que van a lograr.

¡Abrazos enormes para todos!

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5 Comments

Reply Enrique July 18, 2016 at 5:45 pm

Nati esta es tu casa y la diferencia es que todos somos una familia . La familia 21korredores

    Reply navegue July 19, 2016 at 8:30 pm

    Gracias Enrique, créeme que así lo sentí y quiero que todo el mundo lo sepa.

Reply Charly July 18, 2016 at 7:21 pm

Eres maravillosa, y Dios se encarga de juntar las buenas energías, nosotros nos encargamos de explotar las sonrisas de esa alegria q nos da encontrar quienes comparten la misma locura. Te quiero un montón y 21korredores aun más.

    Reply navegue July 19, 2016 at 8:31 pm

    Ustedes son los maravillosos, los que son capaces de hacer brillar a cualquiera que camine con ustedes, en este caso, que corra con ustedes. Besos, mi Charly!

Reply jorge mario sierra marin July 20, 2016 at 3:34 pm

Que gran grupo. Es impresionante como esos “equipos” de corredores son la esencia real de la igualdad. Todos somos corredores y eso es lo importante. Así son mis Trotadores de Envigado. Nos respetan a los lentos. No hay clases sociales, ni razas, ni géneros. Solo atletas. Gran entrada Nati, de las que llegan a lo más profundo de los sentimientos. Gracias.

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