Reflexiones

¿Qué pasó con el gato amarillo?

January 25, 2015

Esta entrada es realmente muy personal, pero la comparto porque primero, es un reflejo real de mi naturaleza humana: con odios y amores, maldades y bondades, y segundo, porque así como yo estoy aprendiendo mucho en el proceso, creo que puede llegar a ser importante para alguien.

¿Recuerdan que hacia mediados de noviembre llegó a la puerta del apartamento un gato amarillo?  Nosotros lo adoptamos: le dimos comida, lo bañamos, lo llevamos al veterinario, etc. Shi-fu ya hacía parte de la familia.  Incluso le abrimos una ventana para que pudiera entrar y salir libremente.  Para los que no saben o no recuerdan, pueden encontrar la historia completa de cómo llegó a nosotros haciendo click aquí ¡Quiero un Gato Amarillo! 

Gato Amarillo - Redhead Cat

El caso es que todo andaba muy bien. Los vecinos lo conocían, incluso la vecina, quien tiene un perro que le tiene miedo a los gatos, sabía, ya hasta pasaba con cuidado cerca a la ventana donde Shifu se sentaba a mirar las horas pasar. Permanecía adentro casi todo el día y por las noches se iba, volvía en la madrugada, nos avisaba que había llegado, dormía y al cabo de un rato salía nuevamente. Sagradamente estaba a las 6:30 a.m en la casa atento para el desayuno 🙂 Llegó incluso a aprender a qué hora nos íbamos a dormir y cerca a ese momento le daba un desespero extraño que sólo se le quitaba cuando entrábamos al cuarto.

Pero un mes después de su llegada, en la mañana de un jueves no apareció. Jota me envió un mensaje de texto después del mediodía donde me decía que Shifu no había ido aún.  En la noche no llegó. “Tal vez al día siguiente” ¡Tampoco! Y así fueron pasando los días.

El sábado siguiente, cuando llegué de correr a eso de las 10 de la mañana, vi a la vecina caminar con su perro por la ventana sin tomar la menor precaución, tranquila, como si supiera que el gato ya no estaba.  Se me hizo extraño pues anteriormente pasaba muy rápido y muy prevenida. Una idea rara me empezó a dar vueltas en la cabeza.  Tuve que medirme para no lanzar juicios apresurados y tratar de contarle a Jota sin levantar calumnias.

Ahora bien, tengo que contarles algo en lo que he venido trabajando a nivel psicológico y social en el último año.  Normalmente elijo una virtud sobre la cual trabajar cada año. Tolerancia, respeto, servicio, compasión, etc. Desde el 2014 estoy trabajando en el tema de “no juzgar”.  Pero desde la práctica; desde el día a día.  No sólo como quien dice una frase que suena bonito y que en realidad cuesta tanto, pero tanto, trabajo ejecutarla.  Por ejemplo, cuando voy manejando y alguien hace algo indebido (me cierra, cambia de carril sin poner las direccionales, va lento en el carril rápido, etc.) me abstengo de buscarle la cara al conductor o conductora para no emitir ningún tipo de juicio del estilo “es que era mujer”, “es que era hombre”, “es que era asiático”, “es que era un viejito” y todos esos posibles comentarios que a la larga se vuelven discriminatorios y que en otros situaciones, simplemente no nos permiten relacionarnos con los demás de manera honesta y transparente.  Vamos predispuestos porque tienen “x” o “y” rótulo.  En fin, esto da para una entrada completa, pero para efectos del tema del gato, lo dejo aquí y sigo contándoles.

El caso es que ese día fue muy difícil no lanzar toda una sarta de improperios sobre la señora en cuestión y decidimos darle más tiempo al gato para que regresara.  No obstante, pasaron los días y no volvió.  Nos fuimos para Miami, Florida, vigilamos todo el tiempo el apartamento para saber si llegaba o no, un amigo fue y le dio vuelta para ver si había llegado a comer, pero nada.

Desde que se fue ha pasado un mes largo.  Jota y yo hemos sentido tanta tristeza que casi no hablamos del tema.  Pero hace dos semanas sucedió algo que puso a prueba todo el esfuerzo que he puesto en aprender a no juzgar.

El lunes antepasado, una gata muy joven, a la que le dábamos comida y que llevaba bastante tiempo (casi un año) viviendo en un hueco que hay debajo de la casa entró en celo y comenzó a maullar como loca toooodaaaa la noche.  El martes fue igual hasta el punto en que Jota soñó con Shifu y yo soñé con una camada completa de mininos.  (Qué bacano como funciona el inconsciente en los sueños, no?  Dejo la intepretación en manos de mis lectores psicólogos 😉 ) Finalmente el miércoles le llegó compañero de juerga y el escándalo esa noche no se hizo esperar.  Al día siguiente, el dueño del apartamento nos hizo saber que iban a tapar el hueco donde vivía la gata y que le pondrían una trampa para atraparla y llevársela.  Razón: la vecina llamó a pedir que se la llevaran.  Incluso ella misma al día siguiente puso una matera desocupada en la entrada al hueco ya tapado.

Fue ahí cuando la idea rara que me daba vueltas en la cabeza empezó a hacerse menos rara y más elocuente. No tengo argumentos para decir nada.  No sé a ciencia cierta qué pasó con el gato amarillo y todas las conjeturas que pueda hacer tienen la mancha de la duda.  Una idea que es imposible confirmar y que hace que uno le pierda un poco de fé a las personas.  Es inevitable sentir desprecio y rechazo, pero una vez más veo la importancia de no juzgar, de pensar positivamente y basar nuestras desiciones en hechos reales y no en ideas que por más que apunten hacia un lado, no son más que eso, ideas.

Jota dice que el universo está compuesto de varias formas de energía, de odios y amores, de maldad y bondad, armonía y desarmonía, pero son justamente esas diversas formas las que nos permiten discernir entre lo que nos lleva a vivir felices y lo que no.  Las personas no son buenas o malas, simplemente son.  Actúan de determinada manera para  ayudarnos a aprender alguna lección.

Así las cosas, aquí somos nosotros quienes elejimos.  Decidimos cómo continuar nuestro camino, si elegimos el desprecio y el rechazo o prefiero el perdón y el olvido.  Nos abstenemos de emitir juicios y por ende de crear odios innecesarios o vivimos envueltos en una maraña de pensamientos que terminarán por nublar nuestros sentidos y no permitirnos percibir con claridad.

Entonces nosotros elegimos: fuimos al Animal Shelter, adoptamos dos gatos y acá se los presento.

LONA

LONA – 1 año 2 meses

TURING

TURING – 5 meses

Llevan una semana con nosotros, no se conocían así que el período de introducción fue de más o menos 5 días con un plan de “aproximaciones sucesivas” 😀  Ayer sábado fue su primer día juntos y jugaron como locos.  Hoy durmieron todo el día y me imagino que jugarán toda la noche.

En fin, eso fue lo que pasó con el hermoso gato amarillo 🙁  Más adelante les contaré un poco sobre sus personalidades.


 

Ya estoy escribiendo la entrada acerca del primer mes de entrenamiento para la siguiente media maratón.  Espero tenerla lista antes de que termine la semana. 

Rate This Post:
1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (No Ratings Yet)
Loading...

You Might Also Like

14 Comments

Reply Diego Niño January 26, 2015 at 9:10 am

Nada más difícil que no emitir juicios. Y más cuando se tratan de personas intolerantes que quizás merezcan que las eduquen.

Lamento lo del gato amarillo. Sin embargo sé que los gatos se saben cuidar muchísimo mejor que los humanos.

Celebro la adopción de Lona y Turing. Serán la alegría de la casa por muchos años.

Excelente texto. Me transportó.

Saludos desde la fría Bogotá.

    Reply navegue January 26, 2015 at 9:21 pm

    Gracias Diego! Realmente eso de no juzgar es bien dificil, parece q nos metieran ese chip desde muy niños y sacarlo parece q costara la vida entera!
    Gracias por leer, me haces un honor!

Reply Diana January 26, 2015 at 4:27 pm

MMMMM “la vecina” ya me cae mal, es tu año de no juzgar, yo la juzgo por ti, lindos tus gatos, el mio anda en lloradera esta semana aun no descubrimos el porque, adelante con ellos se ven heromosos!!!!

    Reply navegue January 26, 2015 at 9:24 pm

    Ps así las cosas te toco juzgar por mi el resto de mis años pq este plan va pa largo! 😉
    Quien sabe si hay gato nuevo en el conjunto y por eso llora tu gato!
    Gracias por leer 🙂 ya volvere a escribir esta semana pa contar unas cosillas q tengo en el tintero!

Reply JAC January 27, 2015 at 4:17 am

Recuerdas lo que te conté de mis vecinos y el problema con Halcón??? Jajajajaja tendré que empezar a hacer curso de no juzgarlos y máximo porque a ese vecino se le unió otra vecina… Por fortuna yo tengo como 4 o 5 que me apoyan y son felices con Halcón… 😛 (Pd: Para los lectores, Halcón es mi Husky Siberiano 😉 )

    Reply navegue January 31, 2015 at 3:45 pm

    jajajajaja No me imagino la cantidad de pensamientos que se te pasan por la cabeza! Geez! Y yo no te doy el curso, pq bastante esfuerzo el que hago conmigo! Ve mi madre te pregunta que si tu perro también se llama Lobo Siberiano! Además, ahora que mi má lo dice, te cuento que ese ha sido nuestro perro favorito toda la vida. Incluso una vez me regalaron uno de peluche y adornó mi cama por años (y ya estando en Bogotá)! Por eso es que amo a Halcón! 🙂

Reply Jack January 27, 2015 at 6:56 pm

Supongo que la vecina no lee este blog.

    Reply navegue January 31, 2015 at 3:30 pm

    jajajajaja Estás en lo cierto!

Reply Tu madre January 29, 2015 at 1:21 pm

Hola mi cielito!, De que algo le pasó a Shi-fu, algo le pasó a a Shi-fu, ni las cosas, ni los animales se desaparecen por obra y gracia del espíritu santo. No te preocupes mas, Dios perdona los pecados, pero ningún pecado se queda sin castigo, y es un pecado atentar de una manera cruel contra un animalito. Acuérdate cuando, viviendo en Barranquilla, nos envenenaron a Mishu, recuerdas como se le abrió la laringe y la faringe, qué tristeza, que dolor sentímos…. en fin, todo pasa pero nunca olvidamos.
Tus nuevos inquilinos están hermosos cuídenlos, son una buena compañía, aunque sean tan independientes, y, en realidad eso es lo bueno que tienen, que no son de uno, son del lugar donde vivan….de ahí no se van, a no ser que llegue otra vecina o la misma y se deshaga de ellos, pero mejor vivir el momento. Los quiero mucho Un abrazote y un besote para cada uno. 🙂

    Reply navegue January 31, 2015 at 3:48 pm

    Hola Maaaa! Pués la verdad es que las mascotas son de quienes las aman. Ella se van con uno hasta donde sea con tal de seguir pegado al rabo de uno. Sí, recuerdo como si fuera ayer lo que le pasó a Mishu Primero. 🙂

Reply Tu madre January 29, 2015 at 1:24 pm

Ahhhh y se me olvidaba, algún día aspiro a tener un Siberiano, me encantan, pero es el mismo Husky Siberiano que Lobo Siberiano?. Esa pregunta la hago por el comentario de JAC… 😉

    Reply Román Espinoza August 4, 2018 at 3:04 pm

    Sí, son lo mismo.

Reply Román Espinoza August 4, 2018 at 3:05 pm

Sé que este post es muy viejo, pero, ¿qué raza es Lona? Muy lindos los gatos, por cierto. Lo siento mucho por el gatito amarillo. 🙁

    Reply navegue August 15, 2018 at 6:46 am

    Hola Roman! Lona era una gata criolla. Murio un año despues de este post ☺️
    Ahora tengo una carey que ya lleva 2 años y medio con nosotros 🤗

    Abrazos!

Leave a Reply