Entrenamiento Maratón de las Flores Medellín Uncategorized

Semana 7: Mis primeras 20 millas/32 kilómetros

August 5, 2015

Les cuento que en este momento ya estoy en Bogotá, en casa de mi mamá, a quién le llegué de sorpresa el martes, la noche previa a su cumpleaños (5 de agosto) 😀  La semana de entrenamiento número 7  para la Maratón de Las Flores Medellín fue relativamente tranquila, pero con muchos altibajos emocionales. El lunes fue mi primer día de unas vacaciones obligadas que no planeaba tomar.  Los niños con los que trabajé los últimos 4 años se fueron a vivir a Suiza y anduve con el corazón desgarrado.

La mayoría de los días estuve en mi casa alistando todo para el viaje y disfrutando con todo el gusto el descanso. Como ya tenía planeado hacer el viaje a Colombia en septiembre para visitar a mi familia y  por motivo de la Maratón de Las Flores, Jota y yo decidimos que me viniera antes para darle la sorpresa a mi mamá y para descansar luego de 4 intensos años de trabajo. Y, a decir verdad, para superar el duelo de la partida de los niños.

¿También quieren correrla? Hay para todos los gustos, 5k, 10k, 21k y 42k ;) ¡¡¡¡Vamos!!!!

¿Ya se inscribieron?

Entonces, en medio de mucha tristeza y de muchas diligencias, esta fue mi semana de entrenamiento:

El lunes fue de descanso total (descanso posterior a la media maratón de San Francisco)

El martes fue de descanso total (también por precaución post carrera).

El miércoles corrí 4 millas/6.4kms a ritmo suave.

El jueves nadé 1200 metros en la mañana y corrí 5.6 millas/9kms en la tarde. En la piscina hice un entrenamiento distinto. Usualmente hago sólo estilo libre durante todo el tiempo que nado, pero me quise salir de mi zona de confort e hice 100 metros de cada estilo comenzando con pecho, luego espalda, libre y mariposa, y así, hasta completar los 1200 metros. Quedé agotada pero feliz. Espalda y mariposa siempre han sido complicados para mí porque no los practico mucho y, por ende, no los siento “fáciles”.  En espalda, por ejemplo, voy zigzagueando por todo el carril, me estrello con un lado y luego con el otro hasta que termino. Esto lo hace súper tensionante y cansón, hasta me duele el cuello.   El lío con mariposa es que requiere de mucho esfuerzo físico y me canso fácil jajajaja (razón suficiente para sacarle el cuerpo).  Pero el jueves me sentí bien, logré agarrar el ritmo de la respiración y nadé con calma, no como si estuviera en competencia con el nadador del lado que va a toda en libre 😛

En fin, la pasé bueno y me quedó energía para correr en la noche. Corrí en el parque y me encontré con Don Ovidio (cincuenta y pico de años), un guatemalteco que actualmente está entrenando para cualificar para Boston. Me encanta cuando coincidimos porque me hace correr a un ritmo exigente y me entretiene dándome consejos excelentes y  contándome las historias de sus carreras y sus entrenamientos.

El viernes fue descanso total y preparación para el rodaje largo del sábado. Comimos pasta al almuerzo y a la comida, ambas preparadas en la casa. Tomé mucha agua y un licuado de frutos rojos con la pastilla de electrolitos.

El sábado corrí 20 millas/32kms con los Pasadena Pacers.  Me levanté a las 4:30 a.m.  Desayuné un bagel con mantequilla y preparé el licuado de banano con milo y proteína para después de correr. Me llevé un bagel en una bolsita y arranqué a correr a las 5:50 a.m. sola, dándole vueltas al estadio Rose Bowl. Completé 8.2 millas/13.1kms y me reuní con el grupo a las 7:15, me comí medio bagel del que llevaba en la bolsa.  A partir de ahí corrí con Sonia 8 millas/12.8kms en la ruta norte (loma de ida y bajada a la vuelta). Esas millas volaron mientras hablábamos.  No sentí nada, cuando volvimos al Rose Bowl sólo me faltaban casi 4 millas para terminar y Sonia se tenía que ir.  Me dio un abrazo y yo seguí sola alrededor del estadio. Ahí caminé por dos minutos mientras me comía el otro medio bagel y continué mi camino. De loca, vi una loma y, como aún tenía fuerzas, la subí.  Desde arriba me tomé esta selfie:

Jota se burló de mí porque le sonó absurdo que en la milla 16/km 25.5, todavía tuviera energía para subirme una loma... Pero en serio, fue un gran entrenamiento!

Jota se burló de mí porque le sonó absurdo que en la milla 16/km 25.5, todavía tuviera energía para subirme una loma… Pero en serio, fue un gran entrenamiento! Abajo se ve el Club de Golf de Pasadena contiguo al estadio.

La bajé y seguí dándole la vuelta al estadio. Completé las 20 millas a escasos metros del lugar de reunión del grupo a donde llegué con la sensación de haber corrido muchísimo menos :O Boquiabierta y agradecida. Fuerte y segura de mí misma. Una sensación indescriptible.  Caminé unos 5 minutos y luego me senté a estirar mientras me tomaba el licuado de proteína. Llegué a la casa y Jotita ya me tenía listo el hielo para la tina. :*

Hielito

Hielito

Ese día por la tarde salí con Jota a comprar algunas cosas que me faltaban para el viaje.  Aunque caminé a un ritmo bastante parsimonioso durante todo el día, no sentí ningún dolor ni falta de energía. Eso sí, un hambre que me hubiera dado para comerme un almuerzo completo cada dos horas durante todo el día.

A la izquierda el entrenamiento del jueves y a la derecha el del domingo (el ritmo de recuperación es bastante lento) - Como pueden ver, hay veces que no parezco un payasito y sí logro coordinar bien mis colores 😆

A la izquierda está el entrenamiento del jueves y a la derecha, el del domingo (el ritmo de recuperación es bastante lento) – Como pueden ver, hay veces que no parezco un payasito y sí logro coordinar bien mis colores 😆

El domingo corrí 3.6 millas/5.7kms a ritmo de recuperación.  Estas salidas a correr con piernas adoloridas y posteriores a un rodaje largo son las más difíciles.  Lo único que quería era quedarme en la cama con las patas pa’rriba contra la pared.  Sin embargo, como ya conozco las mieles de las trotadas de recuperación, no pude resistirme a correr y volver a casa como si nada hubiera pasado el día anterior.  Estas salidas buscan eliminar todo rastro de ácido láctico acumulado en los músculos luego del esfuerzo del rodaje largo así que ténganlas en cuenta para su entrenamiento. Son las más fáciles de evadir, pero son las de mayor recompensa. Ese domingo volvimos a salir de compras y yo como si nada.

Como pueden ver, el entrenamiento logró entretenerme toda la semana. Mantener mi montaña rusa emocional bajo control y permitirme concentrar mi mente en mirar hacia adelante.

Ahora me dispongo a disfrutar de mi familia y a entrenar a 2600 metros sobre el nivel del mar.

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1 Comment

Reply Semana 6: A 2640 Metros de Altura - El Blog de Nati August 11, 2015 at 6:38 am

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