¡Esta media maratón fue excelente!  No sólo por haber mejorado mi tiempo en más de 10 minutos, si no porque corrí con varias de las personas más especiales en este momento de mi vida.  Las últimas 2 millas fueron durísimas, pero logré terminarla con fuerza y con un muy buen tiempo.  La batalla mental la gané yo, pero mi mente insistía con el cuentico: “Tengo calor, tengo calor, quítate la camiseta, tengo calor, quítate la peluca, tengo calor, agua”  Caminé, pero esta vez lo hice por decisión para poder mantener el ritmo al final.  Aunque eso no me quita la minitristeza y la certeza de querer volver a intentarlo en otra carrera y hacerlo sin detenerme.

La cena del día anterior fue en C&O Trattoria en Venice Beach con varios amigos de Pasadena Pacers, con Enrique que venía de Barranquilla a correr su primera media maratón, y con Aida que siempre nos apoya y nos acompaña en nuestras locuras.

La comida estuvo buenísima y esta vez sí nos sentimos satisfechos, no como en San Francisco.

El día comenzó antes de las 4:30 de la mañana, nos levantamos, nos alistamos, yo desayuné un sánduche de mantequilla de almendras con mermelada, me lavé los dientes… y nos fuimos.  Parqueamos el carro hasta la estación del Metro de North Hollywood y ahí nos subimos en el tren de las 5:20.  La mayoría de los que allí iban eran corredores.  Llegamos poco antes de las 6 de la mañana y caminamos 2 minutos hasta el lugar de encuentro de los Pasadena Pacers.

Hicimos los ejercicios de calentamiento, tomamos fotos, nos saludamos y nos fuimos.  Jota se fue casi corriendo hacia el Corral 1 y yo al corral 6.  Quedé justo adelante con mi letrero de 2 horas pegado en la espalda, es decir, varias personas debieron pensar que yo sería la liebre del corral o quién sabe qué y por un buen rato sentí que muchos me seguían.

Pero lo mejor dentro del corral fue una muchacha que no paraba de reir cuando me veía la peluca.  Se tapaba la boca y trataba de evitarlo, pero no pudo dejar de burlarse jajajaja

Caminamos lentamente a medida que salían los corrales hasta que finalmente crucé la línea y comencé a correr, activé la aplicación y en varias ocasiones me aseguré de ir al ritmo planeado.  La última vez que vi el paso, iba a 8:47 minutos por milla y eso era muy rápido pues yo quería ir a 9:15/9:30.  Hasta que en la milla 1 la aplicación me dijo que iba en promedio a 9:05 y dejé de estresarme porque me sentía bien de aire y de energía así que “todo bien, todo bien”.

Hacia la milla 3 que fue en el Estadio de la USC, vi a José Miguel quién estaba corriendo su primera media maratón (acá escuché el primer grito; “BUENA, PIBEEEE”).  José estuvo con nosotros en San Francisco apoyándonos y ayudándonos en nuestra primera carrera y fue muy especial verlo porque fue como una recarga de energía mutua.  Hablamos un poco y luego seguí mi camino con la certeza de que Jota ya había terminado porque mi aplicación me marcaba 27 minutos y el planeaba hacer los 5 kilometros en 25.

En la milla 6 vi a Jota y fue la otra recarga de energía, me hacía falta verlo, no sabía cómo le había ido.  Me hizo este video.

Pasé las siguientes millas sin mucho esfuerzo (por acá escuché el otro: “PIBEEEE”) hasta que llegué al túnel de milla 8/9 donde hacía mucho calor y había muy poca ventilación.  Me tomé toda el agua de mi termo 🙁  Al salir un inflable estaba rociándole agua a los corredores y ahí en la estación de agua, en vez de tomarme el vasito que me dieron, me lo vacié en la nuca y la espalda!  Tenía doble camiseta y me estaba asando.  Ví el puente, subí con mucha fuerza y determinación, el ritmo ahí seguía parejo y mis ojos estaban puestos al final del puente, en la milla 10.

La milla 10 era el retorno del recorrido, pero principalmente, era la estación de agua de mi club de running.  Al fondo veía el aviso de los Pasadena Pacers y por cerca de media milla sólo vi a los voluntarios del grupo con sus camisetas rojas, repartiendo agua y apoyando a los corredores.  Sentí mucha alegría cuando se me acercó el coordinador y corriendo a mi lado me pregunto cómo iba, qué necesitaba y me dio ánimos.  Le comenté del agua y me pidió mi termo.  Yo seguí corriendo  e hice el retorno y ahí apareció él con el termo relleno de agua 😀  Fue una ayuda enorme, el alivio que se siente contar con el apoyo del grupo es indescriptible.

Mientras subía el puente había planeado ubicar a Nadia, una chica con la que había hablado un par de veces y que tristemente no pudo correr ese día debido a una lesión, para quitarme la camisilla que llevaba debajo.  Me tenía que quitar las dos camisetas y no quería hacerlo en cualquier lado, de cierta forma, dejarle la camiseta a ella me daba confianza.  Así que eso hice, cuando la vi, le dije, necesito quitarme la camiseta que tengo debajo.  Ella me ayudó a que todo fuera más rápido y seguí corriendo.  Gracias Nadia.  Alguien nos tomó una foto, pero al parecer no quedó bien porque no la publicaron!

Ahí comenzó mi martirio.  Vi que la aplicación del celular estaba mucho más adelantada en términos de millas que las señales del recorrido así que aunque sabía que iba bien de tiempo, también sabía que debía ignorar la aplicación y enfocarme en seguir corriendo.  Tomé la decisión de caminar y tomar agua con calma, luego seguí corriendo.  Crucé el túnel nuevamente y ahí el calor fue mayor.  Me quité la peluca y caminé por más o menos un minuto, al salir del túnel me la puse nuevamente y vino la última curva del recorrido.  Ya veía la línea de meta así que me enfoqué en el metrónomo y en tocar el piso con el pie derecho al ritmo del beep.  Jota estaba entre la multitud de la línea de meta y me tomó este video.

Crucé la línea de meta…

Seguí caminando para buscar a Jota, Aida y Nicolo que estaban por ahí y para buscar agua, banano y comidas varias.  Tuve que pedirle a un muchacho que me abriera la botella de agua porque no tenía fuerzas jajaja las piernas me temblaban y hasta dolor de estómago sentía.  Quién sabe que era todo ese combo de sensaciones, pero por dentro la felicidad era superior a cualquier sentimiento.

Ahí me encontré con Jota y me dio su noticia.  Corrió los 5k en 26:06 y aunque no logró su meta de hacerla en menos de 25, sí fue un excelente desempeño.  Ocupó el puesto 68 entre 1.232 corredores y el puesto 45 entre 399 hombres que compitieron.  Felicitaciones porque hacer ese tiempo no es nada fácil.

Mi tiempo fue de 2 horas 2 minutos y 22 segundos (2:02:22), 10 minutos 30 y pico segundos más rápido que en San Francisco, pero 2 minutos y 22 segundos por encima de lo planeado. Ahí están los raticos que caminé 🙁

Luego de comerme los bananos, tomarme el Nesquik y dos botellas de agua, volví a la línea de meta para esperar a Enrique y entregarle su medalla.  Phillipe, mi amigo el asiático, llegó primero y tuve el honor de entregarle su medalla.  Luego busqué otra pra Enrique.  Al final nos reencontramos con Lara, Marianne, Jose Miguel, Enrique y Jota, junto con Nicolo y Aida para estirar y conversar un rato.

Como pueden ver, la carrera fue todo un éxito, tanto para mí como para mis amigos, Lara también logró bajar su tiempo, Enrique y Jose Miguel corrieron su primera media maratón y Jota madrugó dos horas y media para correr sólo 26 minutos 😉

Estuve adolorida el lunes y el martes, tanto que pensaba tomar un descanso largo de correr, pero hoy jueves ya me picó nuevamente el bichito; me inscribí a otra media maratón para el otro año y salí a trotar 4 millas para soltar un poco los músculos. Esto de correr es un vicio, por fortuna muy sano que deja hermosas recompensas.

PD: Les debo el dato de cuánto estoy pesando porque no he ido al gimnasio y acá en la casa no tengo una balanza.