¿Por qué será que a veces es más difícil no salir a correr que salir a correr?  Se requiere una fuerza de voluntad especial para tomar la decisión de no entrenar y descansar días adicionales.

En este momento debería estar afuera corriendo las 5 millas que me correspondían hoy según el entrenamiento.  Pero no.  Estoy sentada escribiendo y con hielo en mi canilla izquierda, luego de comerme un delicioso helado.  Durante todo el día estuve debatiéndome entre salir o no salir a correr y luego de llenarme de coraje, decidí quedarme en casa.

 

El dolor es conocido como Shin Splint (algo así como canilla o espinilla entumecida, pero eso nadie lo traduce porque la gente quiere ser cool y le gusta decirlo en inglés 😛 ).  El término técnico es periostitis tibial y se manifiesta como un dolor intenso y agudo en la tibia por inflamación del músculo y los tendones que rodean la parte medial del hueso (tibia).  Se quita aplicando hielo y dejando de correr.  Es ideal practicar otro deporte que no sea de impacto, como nadar.  Según lo que he leído, da por varias razones, entre ellas, usar zapatos gastados, falta de estiramiento, aumento de la carga de entrenamiento, poco calentamiento antes de correr, impulsarse con los dedos al dar el paso, caer con el talón  y/o  cambiar el terreno donde se corre. Y todas las posibles combinaciones de estas causas. Yo he ido descartando razones y llegué a la conclusión de que son las tres últimas; el calentamiento, el terreno y el uso de los dedos de los pies para impulsarse y caer con el talón (o forma inadecuada de correr).

Me inclino mucho por lo del terreno, sobre todo porque esta razón tiene un componente psicológico que se encarga de agravar cualquier malestar.  A ver les explico: desde que cambió la hora a principios de noviembre, tuve que dejar de correr en el parque en donde corro sobre arena, y comencé a correr en la ciclovía de la Chandler que es en puro concreto.  Dejé de ir al parque porque es muy oscuro y me da miedo que me pase algo.  En alguna ocasión les dije que me parecía muy injusto que por ser mujer no pudiera seguir yendo a trotar al parque.  A los hombres eso no les preocupa.  El caso es que el frío y el concreto durante el mes de enero me han dado mucho fastidio, ya ven cómo me fue de mal con el primer mes de entrenamiento.  Ahora bien, esto ha afectado mi forma de correr, porque gasto un 80% de mi energía mental en pelear contra el piso, el frío y la oscuridad y no me enfoco en lo que debo, que es la posición de mi cuerpo a la hora de correr.

Por lo pronto, les cuento que no voy a correr esta semana o, por lo menos, pienso esperar hasta que el dolor se me quite para volver a trotar.  Iré a nadar el jueves y el viernes y el sábado según cómo me sienta corro unas 3/4 millas con los Pasadena Pacers.  Es un día especial porque es la recta final del entrenamiento para la Maratón de Los Ángeles y van a correr entre 20 y 22 millas (32/35 kilómetros).

 

Además, ya está oscureciendo a las 6 de la tarde, sólo necesito una semana o dos, para que oscurezca a las 6:30 p.m. y ahí sí podré volver al parque, el clima estará más favorable y podré enfocarme en mi zancada, mi pisada y en la posición de mis dedos al desplazarme.

En fin, he llegado a dos conclusiones. Primero: que el próximo invierno me lo voy a pasar en la piscina del gimnasio nadando hasta que las condiciones externas sean más favorables para correr y por ende, no voy a entrenar para ninguna carrera al inicio de la primavera, pues ello requiere que entrene durante el invierno. Y eso es un NO-NO de ahora en adelante.  Segundo: no me voy a preocupar más por romper mi marca personal en mi tercera media maratón, como había planeado, y voy a correrla por el sólo gusto de disfrutar el recorrido. Además, el arrocito en bajo que tenía ya se cocinó!!! Se viene la mega aventura y quiero estar 100% sana para ese momento.

Por último, quiero dedicar esta entrada a la corredora y bloguera española Debi @debi_rg del Blog My Daily Runner que escribió ayer la entrada titulada Mi Primera Lesión (ella tiene una rutura fibrilar, una lesión del gemelo izquierdo).  Debi, hoy leí tu blog y me llené de valor, tanto para quedarme en casa como para escribir esta entrada. ¡Gracias!