Uncategorized

Segundo Mes de Entrenamiento – Un Fiasco

February 24, 2015

Febrero fue el segundo mes del plan de entrenamiento para la media maratón que pensaba hacer el último sábado marzo.  La primera semana del mes fue genial.  Logré correr a la velocidad que quería: 8:45 minutos por milla en promedio. Salí a correr tres de las cuatro que decía el plan.  No pude hacer la cuarta porque tuvimos que viajar a San Francisco de último minuto para renovar nuestros pasaportes.  No le hice mucha fuerza a esa trotada porque tenía un malestar en la pierna izquierda y quería un día de descanso extra para ver si se me quitaba.

Corriendo en el parque

Corriendo en el parque 😉

 

Pasó ese domingo, el lunes y finalmente el martes no tuve más remedio que aceptar que tenía una lesión.  El malestar había aparecido la última semana de enero, durante la semana de recuperación (una semana después de haber inclumplido la norma de aumentar únicamente el 10% de distancia semanal), sin embargo, no le presté mucha atención porque pensé que con el descanso de esa semana el dolor pasaría.  Nunca pasó.  Se hizo más agudo y dejó de molestarme sólo al correr, para comenzar a fastidiarme incluso en reposo.

Ese martes me senté y escribí la entrada donde aceptaba que tenía una lesión, por si no la han leído, acá la pueden ver Periostitis Tibial o Shin Splint – Mi Primera Lesión.  Han pasado dos semanas exactas y aunque ya me siento mucho mejor, no estoy del todo recuperada.

En la entrada anterior les comentaba sobre las posibles causas de la lesión y les decía que me encajaban las relacionadas con el terreno en el que estaba corriendo, la falta de calentamiento antes de comenzar a correr y la forma en que estaba cayendo al dar mi zancada. Sin embargo, luego de reflexionar, analizar y comparar con mis anteriores planes de entrenamiento, les cuento que yo cometí todos los errores que pueden llevar a una lesión como esta (o cualquier otra lesión en algún corredor).  Todos.  Por ejemplo, incrementar demasiado rápido las distancias a correr, falta de estiramiento después de correr, mala forma y posición tanto en plano como en lomas. Todo lo que no debía hacer, lo hice.

Ahora bien, de nada me sirve llorar sobre leche derramada. De nada sirve echarme a la pena y quedarme en la fase de la ira de este duelo tan terrible. Suena dramático, ¿no?  La verdad es que lo es.  Una lesión de estas, para un corredor, significa la pérdida temporal de aquello que tanto nos gusta hacer, correr.  Como toda pérdida, lleva consigo un duelo tenaz.  Cuando escribí la anterior entrada, estaba en una mezcla entre la negación y la ira (las dos primeras fases).  Luego pasé por la fase de negociación, en la que pacté secretamente con mi otro yo, que iba a dejar de correr hasta que se me quitara el dolor y así podría volver a correr.  No obstante, ese pacto seguía haciendo parte del engaño, de la falta de aceptación real de la lesión pues, volví a correr cuando creía que ya estaba bien y en realidad no lo estaba, como quien ignora una realidad y alarga el sufrimiento.

El martes pasado me sentía muchísimo mejor, sin dolor aparente y fui al parque.  No logré correr ni una milla porque el dolor se hizo presente y paré.  Hablé con mi amigo del parque y me dijo, Nátaly, usted lo que necesita es “hacerle una dieta a la pierna”.  En su lenguaje Salvadoreño, hacía referencia al descanso que anteriormente hacían las mujeres después del parto.  “Deje de correr y verá que se recupera”, continuó.  “Eso haré”, le contesté.

Ahí entré en la fase de depresión de este duelo que produce el dejar de correr.  Toda una serie de pensamientos se apoderaron de mi y aquí se los dejo;

“No jodaaaaa y todo el esfuerzo que me costó llegar donde estaba. Aich, no quiero nada.  No quiero cocinar, esta semana no cocino.  Quiero helado, dos bolas grandes de helado.  ¿Pïzza?  ¡Síííí!  Pizza, eso, harina y grasa. Me siento súper triste.  No quiero volver a correr en la vida.  Que no se me acerque nadie.  Qué mal servicio al cliente hay en todos lados, esta gente no entiende, ¿con quién tengo que hablar para poner la queja?  Quiero otro helado.  Me voy a engordar.  Pa’ lo que me importa si igual no voy a poder correr.  No puedo hacer ejercicio, no voy a aguantar ni cinco minutos.  El mundo se va a acabar.  Voy a cerrar el Blog, Facebook e Instagram.  A la mierda con todo, esto es el acabose.  Vamos por otro helado, que sea el tercero.”

Hasta la galleta de la fortuna me decía que me recompensara con pizza y helado :P

Hasta la galleta de la fortuna me decía que me recompensara con pizza y helado 😛

Una depresión total, de lo más apocalíptico que se puedan imaginar.  La tristeza era terrible y el dolor de cabeza, insoportable.  La irritabilidad del genio (más de lo normal, ¿cierto, Jota?), la ansiedad y todos los síntomas asociados a un síndrome de abstinencia estaban presentes.  La verdad sea dicha, yo no he parado de hacer deporte desde Agosto del 2012 y la falta de endorfinas genera una reacción igual a la de cualquier otra adicción. ¡Qué miedo! ¿Seré adicta al ejercicio?  Vaya una a saber.

Pero todo eso cambió el sábado.  Ese día me levanté y dije que iría a nadar a como diera lugar (no fui en toda la semana como había planeado) .  Me levanté, desayuné, alisté la maleta y me fui. Una voz en mi mente decía: “para qué vas a nadar, ni media milla vas a poder hacer, ni 400 metros. Vas a tener que descansar a cada rato porque has perdido toda la condición física que habías ganado.” (Todos tenemos un Birdman por dentro, esa mañana el mío andaba alborotado).  Iba con mi natural acelere y tenga… rompí el gorro del natación.

Quedó inservible

Quedó inservible

Me dio tanta, pero tanta rabia.  Quería devolverme a la casa y esconderme entre las cobijas.  Pero no, fui al Target, compré otro, volví al gimnasio y nadé.  Nadé 2400 metros, una milla y media.  Un montón.  No había nadado tanto desde que volví a nadar hace 4 años, lo máximo que había nadado eran 2000 metros.  Me sentí bien.  Feliz.  La confianza volvió a mí.  Incluso llegué a pensar “¡¿yo pa’ qué corro si nadar es tan bueno?!”  Salí de la piscina tranquila, satisfecha y volví al día siguiente.  Nadé nuevamente 2400 metros.  Y ayer lunes fui otra vez.  Hice 1600 metros 😀  Una maravillla.  Recuperé la fe en la humanidad y gané humildad.  Humildad para reconocer todos los errores que cometí, para ver que yo estaba haciendo cosas adicionales que no estaban en el plan de entrenamiento y que no debía hacer.  Pero, sobre todo, recuperé la paciencia.  Siento que llegué finalmente a la fase de aceptación y estoy recomenzando mi vida atlética y deportiva.

Así las cosas, les cuento que no habrá entrada titulada “tercer mes de entrenamiento para la media maratón” porque no habrá media maratón.  No voy a estar en condiciones de correr 21 kilómetros dentro de 5 semanas.  No pienso cometer el error de participar en esa carrera, recién salida de una lesión, y poner en riesgo los dos grandes eventos que tengo planeados para abril y mayo.  Pienso contactar al director de carrera para cambiarme de evento y correr la 10k, la misma que corrí en 2014, si no lo puedo hacer, ni modo, cedo mi entrada a uno de mis amigos de los Pasadena Pacers.  Ya lo acepté y no hay nada que pueda hacer.

Por último, les quiero decir que no corran con dolor.  Que escuchen su cuerpo y paren de inmediato.  Una lesión sana mucho más rápido cuando se deja de correr al principio y no cuando el dolor ya es intolerable.

Gracias por el apoyo que me han brindado y por los mensajes de quienes me han escrito para saber cómo sigo. En resumidas cuentas, ya estoy mucho mejor, el dolor es casi imperceptible, así que espero que una semana más de reposo sea suficiente para volver a correr.  Lo fantástico es que ya el domingo cambia la hora y comienza a oscurecer a las 7 de la noche 😀

Es la primera vez que Lona se sienta a escribir conmigo <3

Es la primera vez que Lona se sienta a escribir conmigo <3


El jueves pasado compartí la primera historia de la serie “DÉJAME ATRAVESAR EL VIENTO SIN DOCUMENTOS” sobre inmigrantes, sí se la perdieron, acá se las dejo, Paralelo a la Autopista, porque el jueves compartiré la siguiente.

Rate This Post:
1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (No Ratings Yet)
Loading...

You Might Also Like

12 Comments

Reply Diana February 25, 2015 at 9:31 pm

MMMM……… recuperate, terca!!! Es que decir Natalia Velez y Terca es como un sinónimo, pero no es malo en ti porque eso te lleva a hacer muchas cosas geniales, pero por amor a tu vida como corredora descansa, nada y comete el helado y la pizza que quieras. Un abrazo

    Reply navegue March 2, 2015 at 9:32 pm

    jajajaja Hola Diana! Pues sí, por algo me lesioné. Pero bueno, ya estoy mucho mejor y ya estoy corriendo nuevamente. Se acabó febrero y con el mes, se acabo el sabor de helado que me gusta así que ni modo. Abrazos! El jueves publico la siguiente historia de los inmigrantes, pero esta vez es una inédita 😀

Reply Lara February 26, 2015 at 12:16 am

Hola Nati! Te extrañé este fin de semana pasado y estaba pensando en ti porque sabía que tenías shin splints.  No puedo imaginar tan difícil fue (y es) vivir sin correr con tanto corriendo que hacemos! Es parte de nuestras vidas ahora…. Es la balanza, baja estrés y todo. Me hace feliz que estas regresando a la piscina mientras recuperas. Y esta bien comer helado de vez en cuando!  Estoy arreglando para ir a Chile el viernes… tengo tanta emoción para la boda!! Quiero salir ahora, mi mente no está aquí. Pero un día mas! Voy a correr en la costa de Chile y sacar fotos para compartir. Estoy pensando en ti! Quiero correr juntas otra vez cuando mejores! TQM!

    Reply navegue March 2, 2015 at 9:33 pm

    Gracias, Lara! Me dio mucha alegría leer este mensaje. De verdad te digo que una sonrisa se me dibujó en la cara y así estuve durante un buen rato 🙂 Diviértete mucho y disfruta cada día en Chile!

Reply Tu madre February 26, 2015 at 11:09 am

Mi cielito! En tu mente no existe la palabra REPOSO, y es porque eres demasiado hiperactivia, eso no es malo, lo malo es exigirse mas de lo que puedes dar. Relájate! disfruta los pocos momentos de incapacidad que tu cuerpo te pide. Cómete los deliciosos helados que tanto te gustan y disfruta las pizzas con J que también las disfruta. I LOVE YOU! 🙂

    Reply navegue March 2, 2015 at 9:34 pm

    Hola Ma! Te cuento que me ha ido bien retomando la actividad. Con calma! Y sí, como bien sabes, J anda feliz con las pizzas!

Reply Tu madre February 26, 2015 at 11:10 am

Qué horror! la palabra es HIPERACTIVA! 😉

Reply 25 Reglas de Oro del Running - El Blog de Nati March 9, 2015 at 10:14 pm

[…] parte de todo este proceso de recuperación de mi periostitis tibial o shin splints (ver post sobre mi primera lesión aquí), quise recapitular todas estas reglas para ver en qué más había fallado y qué me había […]

Reply Leonardo March 11, 2015 at 4:50 am

natalia, no te conozco pero leo a una persona que esta corriendo con la cabeza, siguiendo un patrón, la meta no la pone tu mente sino tu cuerpo, regálate tiempo de calentar al iniciar y estiramiento al terminar y corre con el corazón, el tiempo la velocidad, etc son secundarios, recuerda que correr es la excusa, la pregunta es Cual es tu motivación? Saludos @lskob

    Reply navegue March 11, 2015 at 7:28 am

    Gracias por escribir, Leonardo! La verdad no sería raro que esté corriendo con la cabeza, no sería la primera vez que me dejó guiar mas por la cabeza q por el corazón! 🙂 Voy a darle vueltas al asunto! Ya ves que hay cosas que están frente a nuestros ojos y no queremos verlas. gracias, de verdad!

Reply Karen August 28, 2015 at 11:06 am

Naty me identifiue muchisimo con este post. Hay q descansar aunq nos cueste. Y sí q cuesta!!
Q alegria q hayas entrado a mi vida!

Reply Un Año Corriendo sin Lesiones - El Blog de Nati March 16, 2016 at 6:33 am

[…] febrero de 2015 estuve lesionada, pasé por un duelo horrible por no correr y subí mucho de peso. En esta entrada pueden leer al resp… Llevaba 4 años y medio corriendo y no me había lesionado así que rápidamente analicé en qué […]

Leave a Reply